16/10/2025 - Edición Nº982

Policiales

La trama secreta

Triple narcofemicidio: la investigación apunta a un ajuste por un robo de cocaína

12/10/2025 | A tres semanas de los crímenes de Morena, Lara y Brenda, la Justicia reconstruyó los movimientos de los nueve acusados, entre ellos tres prófugos con pedido internacional. Las pruebas ubican a todos en la escena del hecho y revelan que el móvil habría sido el robo de un cargamento de droga.



El círculo de sospechosos por el triple narcofemicidio de Florencio Varela comenzó a cerrarse. A partir de las pruebas recolectadas en las últimas semanas, los investigadores lograron reconstruir cómo funcionaba la estructura narco detrás del crimen de Morena, Lara y Brenda, y cuál habría sido el conflicto que derivó en su ejecución.

Los nueve acusados -entre ellos tres prófugos que habrían escapado al Perú- fueron ubicados en la casa donde ocurrieron los asesinatos. La reconstrucción se basó en el cruce de cámaras de seguridad, registros telefónicos y declaraciones de testigos e imputados. Los datos permitieron determinar que los teléfonos de las víctimas se apagaron en el barrio porteño de Barracas, en el mismo momento en que los vehículos utilizados por los implicados ingresaban a la Ciudad luego de haber regresado de Florencio Varela.

Las tareas conjuntas entre la DDI bonaerense, la Fiscalía y la Policía de la Ciudad permitieron seguir el recorrido de una Volkswagen Fox y una Chevrolet Tracker blanca. Ambas fueron detectadas por el anillo digital porteño y las antenas de telefonía, lo que consolidó la hipótesis de que los nueve acusados estuvieron en la escena del crimen.

Entre los prófugos señalados se encuentran el Loco David” (también conocido como “el Tarta”), Alex -pareja de una de las detenidas, Florencia Ibañez-, y Manuel “Chuma” Valverde Rodríguez, tío de un joven apodado “Pequeño J”, mencionado como figura clave dentro de la estructura de venta de drogas.

La investigación determinó que Alex, de nacionalidad peruana, habría tenido un rol de jerarquía en la organización: se encargaba de conseguir la cocaína, ingresarla al país y coordinar su distribución. Valverde, también peruano, figuraría como uno de sus principales colaboradores, mientras que “el Loco David” aparece vinculado directamente con la ejecución de los asesinatos.

Según las declaraciones de algunas de las detenidas, la banda estaba conformada por distintos grupos que operaban en Florencio Varela y el Bajo Flores. “Pequeño J” manejaba unos diez kilos de cocaína destinados a la venta minorista, mientras que Alex controlaba volúmenes mucho mayores y supervisaba a otros operadores.

Los testimonios coincidieron en que el móvil del crimen fue un ajuste interno: las tres jóvenes habrían sido castigadas por filtrar información que permitió a una banda rival robar un cargamento de cocaína perteneciente a Alex. El monto en disputa era considerable y representaba una pérdida importante dentro de la estructura.

Con las pruebas recolectadas, los investigadores consideran que la causa cuenta con evidencia sólida para avanzar hacia las próximas instancias judiciales, mientras continúa la búsqueda internacional de los prófugos que siguen en libertad.