Valentin Vacherot protagonizó una de las gestas más sorprendentes en la historia reciente del tenis. Llegó al Masters 1000 de Shanghái como número 204 del ranking ATP, sin títulos previos y con un recorrido que comenzaba en la clasificación. Contra todo pronóstico, se abrió paso entre los mejores del circuito y levantó el trofeo más importante de su carrera, el primero para un jugador de Mónaco.
En su camino al título, derrotó a Djere, Bublik, Machac, Griekspoor y, en semifinales, al serbio Novak Djokovic, actual número 5 del mundo. En la final, enfrentó a su primo Arthur Rinderknech, ubicado en el puesto 54 del ranking, en un duelo cargado de emoción familiar. El marcador fue 4-6, 6-3, 6-3, completando una de las historias más inverosímiles que se recuerdan en el ATP Tour.
“Lo que acaba de suceder es increíble. No tengo ni idea de lo que está ocurriendo en este momento. Ni siquiera me parece un sueño, esto es una locura”, dijo Vacherot, sosteniendo en sus manos uno de los trofeos más codiciados por el vestuario. “Estoy muy contento con mi nivel de estas últimas dos semanas. Quiero darle las gracias a todos los que me han ayudado desde el inicio de mi carrera. Hoy tenía que haber un jugador derrotado, pero creo que hubo dos ganadores. Una familia ha ganado y creo que, para el mundo del tenis, esta historia es increíble”.
The story of the season 🥹🫶@val_vacherot @arthurrinder #RolexShanghaiMasters pic.twitter.com/NjFGunIwmj
— Rolex Shanghai Masters (@SH_RolexMasters) October 12, 2025
Si la final fue emotiva, los momentos posteriores al duelo remarcaron el profundo significado del partido. Ni siquiera la adrenalina pudo separar a Valentin y Arthur, abrazados en la red y sentados en el mismo banquillo durante la ceremonia de premios.
“Intenté dejar a un lado que era mi primo, olvidar que era el tipo junto al que he entrenado y crecido. Ha sido realmente duro y ha hecho un gran trabajo en el primer set, asumiendo toda la presión. Pero logré encontrar la forma de girar el partido”, señaló el ganador.
El mensaje del campeón, además, enseñó al mundo el gran nexo familiar vivido detrás de las cámaras. “La abuela y el abuelo estarían orgullosos”, escribió Vacherot sobre la lente de televisión, poniendo el broche a un torneo de Shanghái con un ganador a cada lado de la red.
Con este triunfo, el monegasco se convirtió en el campeón de Masters 1000 con menor ranking en la historia del circuito. Su victoria le permitirá escalar más de 160 posiciones en el ranking ATP y alcanzar el puesto 40. Además, duplicó sus ingresos acumulados como profesional y se instaló en el centro de la escena tenística internacional.
El título en Shanghái no solo representa un logro deportivo, sino también un símbolo de perseverancia y superación. En un circuito dominado por figuras como Alcaraz, Sinner y Djokovic, la irrupción de Vacherot desde la qualy recuerda que el tenis sigue siendo un terreno fértil para las sorpresas.