
Ayer, domingo 12 de octubre de 2025, la Unión Europea dio el primer paso hacia la digitalización total de sus fronteras. Entró en funcionamiento el Entry/Exit System (EES), un sistema electrónico que sustituye el clásico sellado del pasaporte por un registro biométrico que almacena huellas dactilares y una fotografía facial de cada viajero procedente de países no pertenecientes a la UE.
El sistema ya está operativo en varios puntos de entrada, entre ellos el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde los primeros pasajeros pasaron por los nuevos controles automatizados. Los puestos, dotados de cámaras y escáneres digitales, permiten que los agentes de frontera verifiquen la identidad en segundos, cruzando los datos con la base común europea. También se comenzó a aplicar en los aeropuertos de París-Charles de Gaulle, Frankfurt, Ámsterdam-Schiphol y Roma-Fiumicino, antes de extenderse al resto del continente.
🇪🇺 Un australiano ha sido el primero en acceder a España con el Entry-Exit System #EES.
— Ministerio del Interior (@interiorgob) October 12, 2025
Gracias a @policia y a todo el equipo que ha hecho posible implantar el nuevo procedimiento de control fronterizo para ciudadanos de fuera de #Schengen, plenamente operativo en abril de 2026. pic.twitter.com/XUP0QbL6sC
Durante los próximos seis meses, la implementación se realizará de forma gradual, con el objetivo de que el sistema esté completamente operativo en abril de 2026. A partir de entonces, el sello físico del pasaporte desaparecerá definitivamente en las fronteras exteriores del espacio Schengen.
El Exit Entry System registrará electrónicamente las entradas y salidas de visitantes que permanezcan un máximo de 90 días dentro de un período de 180, y alertará en caso de que alguien supere el tiempo permitido. Además, permitirá identificar con más precisión casos de pérdida de documentación o fraude de identidad, una de las principales preocupaciones de las autoridades comunitarias.
El proyecto forma parte de la estrategia europea para modernizar la gestión migratoria y reforzar la seguridad interna, en línea con otras iniciativas como el futuro ETIAS, un permiso electrónico de viaje que comenzará a exigirse en 2026 a ciudadanos de países exentos de visado.
Con el nuevo sistema, la Unión Europea busca equilibrar control y eficiencia, en un contexto de aumento del turismo pospandemia y mayores flujos migratorios desde África y Oriente Medio. Aunque en los primeros días se prevén demoras en los aeropuertos más concurridos, Bruselas sostiene que a mediano plazo los procedimientos serán más ágiles y transparentes.
El EES representa así uno de los mayores cambios en la historia de las fronteras europeas, al reemplazar los trámites manuales por un registro digital basado en datos biométricos —huellas y rostro— que promete mayor seguridad y trazabilidad en cada cruce.