
El discurso del presidente Donald Trump ante la Knéset, el Parlamento israelí, marcó un momento de fuerte respaldo político y simbólico hacia Israel y su primer ministro Benjamin Netanyahu. En un tono solemne, Trump declaró que el mundo vive un “amanecer histórico”, señalando que la cooperación entre ambos países representa el eje de estabilidad del Medio Oriente. Acompañado por altos funcionarios israelíes, el mandatario defendió su plan de paz para Gaza y reivindicó el papel de Israel como pilar de la democracia regional.
Trump aprovechó la ocasión para pedir al presidente Isaac Herzog el indulto de Netanyahu, actualmente sometido a un juicio por corrupción. Con su estilo directo, sostuvo que las acusaciones son un intento de deslegitimar a un líder que ha garantizado la seguridad de su país frente a amenazas constantes. “Netanyahu es el mayor líder en tiempos de guerra que Israel ha tenido”, afirmó, provocando una ovación de pie en la sala. La solicitud fue interpretada como un gesto de amistad personal y como una declaración política de confianza mutua entre Washington y Jerusalén.
Desde su regreso a la presidencia, Trump ha buscado reafirmar su compromiso con Israel, relanzando los Acuerdos de Abraham y prometiendo una nueva etapa de cooperación tecnológica, energética y militar. En su intervención, destacó que la estabilidad del Medio Oriente depende de la fortaleza del eje Estados Unidos-Israel-Egipto, al que calificó como el “motor de la paz”. Según su visión, este bloque puede contener la expansión iraní, restaurar la seguridad fronteriza y promover una reconstrucción ordenada de Gaza.
El plan de Trump incluye garantías de seguridad para Israel, la creación de una autoridad palestina de transición supervisada internacionalmente y un programa de desarrollo económico financiado por Estados Unidos y aliados árabes. Estas medidas, aseguró, no buscan imponer una solución, sino construir un marco “de prosperidad y seguridad compartida”. “La paz no se logra con concesiones, sino con fuerza y liderazgo moral”, afirmó el presidente, en clara alusión a su filosofía diplomática.
🚨| ÚLTIMA HORA: Donald Trump avanza por la Knéset con Benjamín Netanyahu y el presidente de la Knéset, mientras se da a conocer la liberación de los 20 rehenes vivos. 🇮🇱🇺🇸 pic.twitter.com/rxxWUotvoM
— Eduardo Menoni (@eduardomenoni) October 13, 2025
El discurso fue recibido con entusiasmo por gran parte del Parlamento israelí y por amplios sectores de la sociedad. Los principales diarios del país destacaron su tono conciliador y su defensa de la soberanía israelí. Para el entorno de Netanyahu, las palabras de Trump refuerzan la legitimidad del primer ministro y la continuidad de una relación bilateral que trasciende coyunturas políticas. Analistas conservadores afirman que su mensaje envía una señal clara: Estados Unidos sigue siendo el garante de la seguridad israelí y del equilibrio regional.
Trump, por su parte, consolidó su imagen como mediador fuerte y aliado incondicional de Israel. Su visita no solo reactivó el vínculo estratégico, sino que también reforzó la percepción de que puede liderar la política mundial con una visión pragmática y realista. En palabras de un funcionario israelí: “Con Trump, Israel vuelve a tener un amigo que entiende su lucha y respeta su historia”.