
En la última jornada de las Eliminatorias Africanas rumbo al Mundial 2026, la selección de Cabo Verde logró una hazaña histórica: venció 3-0 a Suazilandia (también conocido como Esuatini) y selló su primera clasificación a una Copa del Mundo. Con una población que no supera los 520 mil habitantes, el pequeño archipiélago africano se suma al mapa mundialista por primera vez.
El equipo finalizó como líder del Grupo D con 23 puntos, superando por cuatro unidades a Camerún, que deberá disputar el repechaje. La campaña incluyó siete triunfos, dos empates y una sola derrota en diez partidos, con 16 goles a favor y apenas 8 en contra, consolidando una diferencia de gol positiva que reflejó su solidez.
Con este logro, Cabo Verde se convierte en el segundo país con menor población en disputar un Mundial. El antecedente más cercano es Islandia, que debutó en Rusia 2018 y sorprendió con un empate ante Argentina en su primer partido.
La clasificación no solo marca un hito deportivo, sino también un símbolo de crecimiento para una nación que, desde su independencia en 1975, ha apostado por el fútbol como herramienta de identidad y proyección internacional.
Tanto en el estadio como en la capital, Praia, los hinchas se volcaron a festejos alocados por convertirse en el nuevo clasificado al Mundial. En estos momentos las calles se tiñen de azul y rojo, y los medios locales destacan el impacto emocional del momento. Para muchos caboverdianos, el fútbol representa una vía de expresión nacional, una forma de afirmación cultural y una oportunidad de mostrarse ante el mundo.
Hermosa esta imagen de drone con el Estadio Nacional de Cabo Verde en pleno festejo por su primera clasificación a un Mundial! 🏆🇨🇻pic.twitter.com/y5HJ5aKKHt
— Nahuel Lanzón (@nahuelzn) October 13, 2025