
La Corporación Nacional del Cobre de Chile (Codelco) revisó al alza las pérdidas asociadas al accidente ocurrido en julio en El Teniente, su mina subterrránea más importante, estimando una merma de unas 48.000 toneladas de cobre y un impacto financiero cercano a 500 millones de dólares en EBITDA. A pesar del revés, la compañía estatal reafirmó su objetivo de mantener la producción de 2025 levemente por encima de 2024, señal de confianza en su capacidad operativa y en los ajustes implementados tras el incidente.
El evento, descrito como un “reventón de roca” o rock burst, fue provocado por cambios geológicos que alteraron la estabilidad del yacimiento. Desde entonces, Codelco ha desplegado un plan de monitoreo geotécnico integral para evaluar los casi 4.500 kilómetros de túneles que conforman la mina. La compañía subrayó que su prioridad inmediata es garantizar la seguridad de los trabajadores y la estabilidad de la estructura, manteniendo la unidad Andesita suspendida mientras continúan las investigaciones.
El accidente de El Teniente coincidió con una serie de interrupciones en grandes minas internacionales, lo que redujo la oferta mundial y elevó los precios del cobre a cerca de 11.000 dólares por tonelada, su nivel más alto desde 2022. Analistas apuntan que este contexto ha mitigado parcialmente el impacto económico para Codelco, ya que la demanda se mantiene sólida, especialmente por parte del sector tecnológico y energético. La empresa confirmó que entre enero y septiembre de 2025 produjo 938.000 toneladas, un aumento del 2% interanual, consolidando su posición como principal productor mundial de cobre refinado.
Además, durante la LME Week en Londres, la directiva de Codelco reafirmó su meta de 1,34 a 1,37 millones de toneladas para 2025, sin cambios pese al incidente. Este mensaje de estabilidad fue interpretado como una señal de fortaleza institucional en un momento clave para la industria chilena, que busca revertir años de baja productividad y aumentar la inversión en proyectos estructurales.
En paralelo, la estatal avanza en iniciativas conjuntas como el proyecto Andina–Los Bronces, junto a Anglo American, para el cual espera solicitar permisos ambientales hacia 2027, con un potencial ahorro estimado en 5.000 millones de dólares. También sigue de cerca la evolución de Quebrada Blanca y Collahuasi, donde tiene participación indirecta. Sin embargo, enfrenta desafíos crecientes en permisología ambiental y aceptación social, especialmente en la cordillera central, donde las comunidades exigen mayor transparencia sobre los impactos ecológicos.
De cara a los próximos meses, Codelco deberá reconstruir confianza interna y externa, acelerando su recuperación operativa sin comprometer los estándares de seguridad. Según estimaciones, existe una probabilidad del 60% al 70% de que la empresa cumpla su guía anual, aunque el reinicio total de Andesita podría demorarse hasta el primer trimestre de 2026. En un escenario de precios elevados pero alta volatilidad, la gestión geotécnica y la estabilidad institucional serán claves para sostener el liderazgo de Codelco en la transición energética global.