El ataque armado contra los activistas venezolanos Yendri Velásquez y Luis Peche en Bogotá ha generado conmoción en la comunidad internacional. Ambos defensores de derechos humanos, exiliados en Colombia desde 2024, fueron atacados el 13 de octubre mientras salían de un edificio en el norte de la ciudad. Aunque se encuentran fuera de peligro, el hecho reaviva las alarmas sobre la inseguridad que enfrentan los opositores venezolanos incluso fuera de su país.
Velásquez, reconocido por su trabajo en el Observatorio de Violencias LGBTIQ+ en Venezuela, y Peche, consultor político y activista opositor, habían denunciado reiteradamente la represión sistemática del régimen chavista. Organizaciones como PROVEA y el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social vinculan el atentado con la persecución transnacional ejercida por el aparato de inteligencia del Estado venezolano. La ONU y Human Rights Watch exigieron a Colombia una investigación urgente y medidas de protección reforzadas para los exiliados políticos.
El ataque ocurre en un contexto de aumento de agresiones y amenazas contra activistas venezolanos en el exterior, especialmente en países donde se han refugiado miles de opositores. Según reportes de organizaciones internacionales, varios líderes sociales han recibido intimidaciones y seguimientos en Bogotá, Lima y Buenos Aires. La expansión de estas prácticas más allá de las fronteras venezolanas refleja un nuevo patrón de represión transnacional que busca silenciar las denuncias sobre violaciones de derechos humanos.
El gobierno de Gustavo Petro fue interpelado por PROVEA y otras ONG para garantizar la protección de los exiliados. Hasta el momento, la Cancillería colombiana no ha emitido un pronunciamiento oficial, aunque la Defensoría del Pueblo informó que activó rutas de atención y ofreció acompañamiento jurídico. En Caracas, las autoridades no se han pronunciado sobre el hecho, mientras voceros oficialistas intentan minimizar las acusaciones de persecución extraterritorial.
Denunciamos el atentado contra nuestro colega defensor de derechos LGBT+, Yendri Velásquez, y el activista Luis Peche, hoy #13Oct en Bogotá.
— PROVEA (@_Provea) October 13, 2025
Ambos han denunciado la crisis de DDHH en Venezuela.
Exigimos una respuesta del gobierno @petrogustavo tras este ataque armado.… pic.twitter.com/DzcEVUshSj
Para la diáspora venezolana, este atentado tiene un efecto devastador. No solo evidencia la vulnerabilidad de los refugiados políticos, sino también la falta de garantías en los países receptores. Analistas señalan que el ataque podría tener un efecto intimidatorio entre periodistas, activistas y defensores que han documentado abusos del régimen de Maduro. “Esto envía un mensaje de terror: ni siquiera en el exilio estás a salvo”, advirtió un representante de Amnistía Internacional.
El atentado contra Velásquez y Peche marca un punto de inflexión en la política regional de derechos humanos. Si no se esclarece con rapidez, Colombia arriesga su credibilidad como país garante de refugio y protección, mientras el chavismo profundiza su control sobre el miedo como herramienta política. La represión ya no se exporta en discursos: se ejecuta a tiros.
Hacer politica, defender derechos humanos o hasta opinar sobre lo que pasa en Venezuela puede ser causa de asesinato, ya no solo dentro del país.
— Luis Peche Arteaga (@LuisPecheVE) October 13, 2025
Hoy mi hermano de vida @yendrive y yo lo vivimos en carne propia. Todavía lo estoy procesando pero lo más importante es que…