La frágil calma que sobrevuela la Franja de Gaza tras el reciente cese del fuego se ve cada vez más amenazada. Lejos de un proceso de estabilización, Hamás ha aprovechado la retirada parcial de tropas israelíes para reafirmar su control territorial. Testimonios locales reportan el retorno visible de combatientes armados y patrullas internas en varios barrios, lo que genera inquietud entre la población civil que esperaba un respiro tras meses de guerra.
Las calles, antes reducidas a escombros, muestran ahora una presencia organizada de milicianos que controlan rutas de ayuda humanitaria y vigilan la disidencia. El grupo islamista intenta reconstruir una narrativa de autoridad mientras endurece los castigos: ejecuciones públicas de presuntos colaboradores con Israel buscan disuadir nuevas fugas de información. La paz que se proclamó en los despachos diplomáticos parece no haber aterrizado en el terreno.
A la consolidación de Hamás se suma un mapa de poder fragmentado que amenaza con desatar nuevos enfrentamientos internos. Diversos clanes armados, como los Doghmosh o los Abu Shabab, han retomado operaciones en zonas donde el grupo islamista enfrenta dificultades para imponer disciplina. En algunos distritos, los choques entre facciones han dejado decenas de muertos, erosionando aún más la confianza de la población en cualquier forma de autoridad estable.
Mientras tanto, Israel acusa a Hamás de violar el cese del fuego mediante ataques esporádicos y control militar sobre corredores humanitarios. Tel Aviv advierte que la tregua podría romperse si el grupo no entrega sus armas, condición respaldada por Estados Unidos. Desde Washington, el presidente Donald Trump fue categórico: “Hamás debe desarmarse o será desarmado”, subrayando la escasa viabilidad de un acuerdo duradero sin esa garantía.
Hamás está asesinando a todos los palestinos que considera disidentes, ¿han escuchado a algún pro-palestino levantar la voz por esto?. Cuanta hipocresía de esta gente, no son pro-Palestina, son pro terrorismo, ¿será que arman alguna marcha para pedir el desarme de Hamás?¡Cínicos!
— Andrés L.A. (@elandrelo) October 14, 2025
En el plano humanitario, la situación es dramática. El colapso de infraestructura, la escasez de agua y alimentos y la falta de seguridad están convirtiendo el cese del fuego en una tregua insostenible. Las agencias internacionales enfrentan obstáculos para distribuir ayuda, mientras Hamás busca controlar los puntos de entrada, generando tensiones con las ONG y los organismos de la ONU. Cada cargamento se convierte en una pulseada de poder.
El futuro inmediato de Gaza depende de un equilibrio casi imposible: Hamás no está dispuesto a ceder el poder, e Israel no acepta una paz con el grupo armado en control. En ese contexto, la tregua se asemeja más a una pausa táctica que a una salida política real. Si las condiciones humanitarias empeoran o las facciones internas escalan su disputa, el frágil alto el fuego podría disolverse en cuestión de semanas.