
El Club Atlético Ituzaingó, con más de 113 años de historia en el fútbol argentino, atraviesa una de las peores crisis de su existencia.
La institución, que actualmente disputa las semifinales del reducido de la Primera C y busca ascender a la B Metropolitana, lanzó un urgente llamado a la solidaridad de su comunidad para salvarse de la posible desaparición, ante una deuda que supera los 500 millones de pesos.
La problemática se remonta a 2011, cuando en la sede social de Los Pozos 48, una alumna menor de edad de gimnasia artística sufrió un accidente que dejó secuelas irreversibles, convirtiéndose en silla de ruedas.
El juicio contra el club comenzó en 2013 y, en diciembre de 2024, el Juzgado Civil y Comercial N°8 de Morón dictó una sentencia condenatoria en contra del club y de la profesora responsable de la actividad, responsabilizándolos solidariamente por el accidente.
El club argumentó que la actividad estaba tercerizada y que no tenía responsabilidad directa, pero el fallo los responsabilizó por daños y perjuicios que, ajustados por la inflación, superan los 500 millones de pesos, una cifra casi imposible de afrontar para una institución del Ascenso.
Frente a esta situación, la Comisión Directiva de Ituzaingó emitió un comunicado donde afirmó: “Estamos a la espera de una respuesta a nuestra apelación al fallo, pero no podemos hipotecar el destino de nuestro club. Hemos puesto a la venta abonos por cinco años para la platea y creamos una cuenta para quienes quieran colaborar económicamente”.
A nivel deportivo, el Verde disputa las semifinales del reducido, tras perder la final con Camioneros, en un torneo en el que, en medio de la crisis, su principal objetivo es el ascenso a la categoría superior. La hinchada y la dirigencia aún mantienen la esperanza de revertir la situación, aunque el peso de la deuda y los procedimientos judiciales complican el presente del club.