
En una ceremonia cargada de simbolismo en Roma, el presidente Gabriel Boric recordó el atentado contra el exministro chileno Bernardo Leighton y su esposa, perpetrado en 1975 por la DINA. Durante su discurso, el mandatario trazó un paralelo entre ese episodio de la represión pinochetista y el reciente asesinato del exmilitar venezolano Ronald Ojeda en Santiago, afirmando que "las dictaduras cruzan fronteras para imponer el miedo". Con ello, Boric buscó destacar la persistencia de los mecanismos de persecución más allá de los límites nacionales.
El crimen de Ojeda, un disidente del régimen de Nicolás Maduro que había obtenido asilo en Chile, conmocionó a la opinión pública por su brutalidad. Fue secuestrado en febrero de 2024 por falsos agentes policiales y hallado sin vida diez días después en una maleta enterrada bajo concreto. La fiscalía chilena sostiene que el hecho tuvo motivación política, y que la estructura criminal del Tren de Aragua podría haber actuado como brazo ejecutor.
Desde el comienzo de la investigación, las autoridades chilenas han apuntado a una posible participación del aparato estatal venezolano. Boric señaló directamente al régimen de Maduro, comparándolo con las dictaduras latinoamericanas que, en el pasado, coordinaron sus represiones bajo la llamada Operación Cóndor. El mandatario insistió en que los líderes autoritarios actuales también operan más allá de sus territorios, usando redes criminales para silenciar a sus opositores.
El gobierno chileno ha solicitado la colaboración del Tribunal Penal Internacional y mantiene activas órdenes de captura contra sospechosos que habrían huido a Venezuela. En paralelo, Caracas rechaza las acusaciones y denuncia una campaña de descrédito. Sin embargo, documentos judiciales y testimonios filtrados sostienen que altos mandos del chavismo habrían ordenado el crimen como mensaje a la disidencia exiliada.
#ÚLTIMAHORA El presidente Gabriel Boric acusó al régimen de Maduro por el asesinato de Ronald Ojeda en Chile: "Las dictaduras cruzan fronteras para imponer el miedo" https://t.co/42rsIyNnai pic.twitter.com/1UKcB6G6lj
— Monitoreamos (@monitoreamos) October 15, 2025
La comparación entre Leighton y Ojeda resuena como advertencia. Ambos casos revelan la vulnerabilidad de quienes desafían al poder autoritario, sea en los años setenta o en la actualidad. Boric buscó subrayar que la memoria histórica chilena no es un ejercicio del pasado, sino una herramienta para reconocer nuevas formas de represión transnacional.
El mensaje de Boric también tiene una lectura diplomática: reafirma la postura de Chile como defensor de los derechos humanos frente a regímenes autoritarios en la región. En un momento en que varios gobiernos latinoamericanos evitan confrontar a Caracas, Boric apostó por un gesto que combina memoria, denuncia y advertencia. La historia, parece decir, aún no ha cerrado sus fronteras.