
Pablo Laurta, acusado del doble femicidio de Luna Giardina y Mariel Zamudio, del asesinato del remisero Martín Sebastián Palacio y del secuestro de su hijo, se negó a declarar ante la fiscal Daniela Montangie.
Laurta había sido trasladado a la Fiscalía de Concordia para ser indagado por el crimen de Palacio, el chofer que debía trasladarlo desde Entre Ríos hasta Córdoba y que fue encontrado asesinado durante la huida del acusado. Sin embargo, pese a que permaneció varias horas en el edificio judicial, no prestó testimonio formal.
“El acusado ingresó a la Fiscalía cerca de las 9.30 y hasta las 13.00 estuvo reunido con su abogado. Se creyó que por el tiempo que transcurrió estaba declarando, pero finalmente se negó”, detallaron las fuentes. La decisión fue tomada a instancias de su defensor oficial, quien pidió acceder al expediente completo antes de permitir cualquier declaración.
No obstante, Laurta sí habló fuera del ámbito judicial. Al llegar a Concordia, rompió el silencio y dijo ante los periodistas: “Lo que hice lo hice todo por justicia”. Minutos después, volvió a referirse al caso con otra frase que generó desconcierto entre los investigadores: “Hay que venerarlo; es un mártir”.
Las declaraciones carecen de un contexto claro y abrieron una nueva línea de análisis en la investigación. Los especialistas intentan determinar si se trata de una estrategia de defensa orientada a simular un estado de alteración mental -con el fin de ser declarado inimputable- o si esas expresiones reflejan una convicción consciente y calculada.
Por el momento, Laurta mantiene su silencio ante la Justicia y sigue bajo custodia, mientras se evalúa si su traslado a Córdoba se postergará para permitir que su defensa acceda a todas las actuaciones.