21/10/2025 - Edición Nº987

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Hollywood

Shrek y el clásico de Cartoon Network que le deben la vida a Disney

18/10/2025 | De Pinocho a La Sirenita, o de Tarzán a Enredados. El estudio del ratón es una máquina de hacer clásicos. ¿Y responsable del surgimiento de la competencia?



Disney ha sido durante décadas el estandarte de los cuentos de hadas, transformando historias como Blancanieves, Pinocho, La Sirenita, Tarzán y Enredados en clásicos inmortales que han definido la imaginación de generaciones. El estudio del ratón no solo ha adaptado estas narrativas con su fórmula distintiva de magia, música y finales felices, sino que también ha establecido un estándar que domina el género de la fantasía animada.

Sin embargo, su influencia trasciende sus propias producciones, ya que, de manera indirecta, ha inspirado la creación de proyectos que desafían o reinterpretan su enfoque. Hablamos por un lado de Shrek, de DreamWorks, y por el otro de los cortos animados de Freaky Stories, que vimos en Cartoon Network.

Shrek, la película de 2001 que se convirtió en un fenómeno cultural, nació como una respuesta satírica a la hegemonía de Disney en los cuentos de hadas. Con la mayoría de las historias clásicas ya adaptadas por Disney, DreamWorks optó por explorar un relato menos conocido, basado en el libro de William Steig, y lo impregnó de humor subversivo que parodiaba la fórmula de Disney. Desde la princesa Fiona, que rompe con el arquetipo de damisela pasiva, hasta el ogro protagonista que desafía las nociones tradicionales de héroe.

Por otro lado, Freaky Stories, la serie de cortos animados de Cartoon Network conocida por su frase inicial “esto es una historia real, le pasó al amigo de un amigo”, tiene una conexión menos evidente pero igualmente fascinante con Disney. Según Steve Schnier, creador de la serie, su inspiración original era producir cuentos de hadas modernos, pero se topó con un obstáculo: Disney ya había reclamado las mejores historias. Al explorar cuentos de hadas de otras culturas: “Empecé a buscar cuentos de hadas del resto del mundo y eran todos violentos. Una locura desquiciada”, explicó.

Fue así como empezó a pensar en mitos urbanos. “Tienen el mismo fin que los cuentos de hadas, que le contaban los padres a sus hijos hace 500 años: ‘No vayas al bosque, probablemente hay un asesino violador en el bosque’”, señaló Schnier. En lugar de “érase una vez”, decidió introducir cada historia con una frase que se volvió emblema: “Esto es una historia real, le sucedió al amigo de un amigo” y lo demás es, valga la redundancia, historia.