
El economista y tributarista Fabián Medina visitó El Living de NewsDigitales, donde analizó la historia económica argentina, las políticas del gobierno de Javier Milei y Luis Caputo, y el rol que jugó José Luis Espert en la génesis del modelo actual.
A días de las elecciones, advierte que la Argentina repite un ciclo de ajustes y endeudamientos que solo podrá romper cuando vuelva a poner la política al servicio de la producción y el trabajo.
“En los últimos cincuenta años -explica Fabián Medina- la Argentina transitó cuatro modelos financieros casi calcados: Martínez de Hoz, Cavallo, Macri y ahora Milei”. Cada uno, asegura, tuvo como denominador común la obsesión por el ajuste, la apertura indiscriminada y el endeudamiento externo.
“Siempre terminamos igual: con caída del salario, pérdida de empleo y fuga de capitales. Cambian los nombres, pero la lógica se mantiene”.
Para el tributarista, el país vive atrapado en una matriz que privilegia la especulación por sobre la producción. “Desde Martínez de Hoz vivimos con el dólar en la cabeza. El gas, la luz, los combustibles y hasta el agua están valuados en dólares. Todo lo que hace a la vida cotidiana de los argentinos depende de una moneda que no producimos.”
Medina repasa la secuencia con precisión histórica: “En 1976 se instaló la idea de que el mercado podía autorregularse. En los ’90, con Cavallo, se consolidó la convertibilidad y la desindustrialización. Con Macri se volvió a tomar deuda para financiar fuga. Y hoy, Milei y Caputo repiten esa fórmula, pero con menos estructura política y más soberbia tecnocrática.”
El economista define a la actual gestión como “un simple modelo financiero sin política”.
“Milei dijo que era experto en crecimiento económico con o sin dinero, y quedó demostrado que sin dinero nadie puede hacer nada”.
Desde la devaluación de diciembre de 2023, los precios aumentaron un 240%, mientras los salarios apenas crecieron 125%.
“El ajuste recae sobre trabajadores y jubilados, igual que en la época de Macri. Se destruye el poder adquisitivo, se frena el consumo y se paraliza la producción. Es la misma receta, solo que con otro discurso”.
Medina sostiene que el gobierno actual vive de préstamos externos y no de su capacidad productiva.
“En los últimos meses, Estados Unidos le prestó dinero a la Argentina para mantener artificialmente el tipo de cambio. Es un parche financiero. Desde abril se quemaron más de 30 mil millones de dólares para sostener la paridad y se usaron fondos de los jubilados para intervenir en los mercados paralelos. Es el mismo error del 2018”.
Sobre el “secretario” de Economía Luis Caputo, Medina es categórico: “Caputo dejó de ser ministro al entregar el manejo cambiario a los Estados Unidos” y añadió, “siempre que está hace lo mismo, llega, aplasta el tipo de cambio y cuando no lo puede sostener, se va. Ya lo hizo con Macri. No hay política económica, solo manejo financiero. Si fuera un plan, incluiría la palabra sagrada: producción”.
Consultado sobre el rol de José Luis Espert -a quien se vinculó con el financiamiento irregular de la campaña del Frente Despertar en 2019-, Medina no elude la referencia.
“El caso Espert expuso algo que todavía no se discutió lo suficiente: la relación entre la política liberal y el dinero. Esa idea de que la economía es una ciencia pura, ajena a la ética o a la política, terminó naturalizando prácticas financieras opacas”.
Para el economista, el liberalismo criollo “nunca generó una economía productiva, sino una economía de servicios financieros”.
“Espert, Milei y Caputo forman parte de la misma escuela. Creen que los números reemplazan a la política, que el mercado se ordena solo. Pero ningún sistema económico sobrevive sin consensos, sin credibilidad, sin un lenguaje común entre quienes producen, consumen y gobiernan.”
Medina traza una línea clara en el tiempo: “El fenómeno del laburante pobre empezó en 2016. Tuvimos 300% de inflación acumulada y solo 150% de aumento salarial. Desde entonces, incluso el trabajador en blanco pasó a ser pobre”.
Explica que en lapsos del gobierno kirchnerista había inflación baja y salarios altos; luego, el modelo cambió. “Desde Macri, el ajuste se descarga sobre el salario, y hoy con Milei, sobre la jubilación. Hay una degradación estructural del ingreso que destruye la base social del país”.
Cuando se le pide un punto de comparación, el economista rescata un período que se denomina “la década ganada”.
“Entre 2003 y 2013 la Argentina tuvo una década brillante en lo económico. Se recuperó el empleo, el salario real creció y la producción volvió a ser motor del país. Había crédito, consumo y política”.
Medina no idealiza aquel tiempo, pero subraya que hubo “una lógica de reconstrucción”. “Podías discutir la forma, pero había un Estado que intervenía para ordenar y un proyecto político detrás de la economía. Hoy no hay ni uno ni otro”.
De cara a los comicios, Medina plantea que el oficialismo atraviesa un punto de inflexión: “La crisis dejó de ser financiera y pasó a ser política. Los mercados también son hechos humanos: responden a expectativas, discursos y gestos. Si el Gobierno se queda solo, la economía se cae con él”.
Según el tributarista, el mileísmo está pagando el precio de haber despreciado la política. “Se rompieron los vínculos con gobernadores, aliados y bloques legislativos. Los vetos y los insultos destruyeron los puentes que hacen gobernable a un país. Y sin puentes, la economía no camina”.
Para Medina, la solución no vendrá de nuevos préstamos ni de shocks de confianza, sino de un cambio cultural: “La política no es un obstáculo para la eficiencia, es la única vía para alcanzarla. El círculo virtuoso empieza cuando la gente puede volver a consumir, cuando hay producción, empleo y diálogo”.
Y concluye: “La Argentina no se salva con más dólar ni con más deuda. Se salva cuando deje de creer que la economía puede gobernar sola. Gobernar es hacer política. Y sin política, no hay país”.