En el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos de Santiago, Marruecos escribió una página dorada en la historia del fútbol juvenil: venció 2-0 a Argentina en la final del Mundial Sub-20 y se consagró campeón por primera vez en la categoría. El equipo africano sorprendió desde el arranque con intensidad, precisión y una figura excluyente: Yassir Zabiri, autor de los dos goles en el primer tiempo.
El primer susto llegó a los 9 minutos, cuando el arquero argentino Santino Barbi derribó al atacante en la línea del área grande. Marruecos pidió revisión del VAR por la falta (que podría haber sido penal y roja) pero la decisión del árbitro, tras varios minutos de análisis de video, cobró infracción afuera del área (apenas por centímetros) y amarilla para Barbi. Lo que parecía un alivio para el conjunto albiceleste, en realidad fue la preparación del golpe: Zabiri ejecutó con clase el tiro libre y metió un golazo.
Golazo de Marruecos. La ejecución es muy buena más allá de la reacción de Barbi. No pudo despegarse del piso. pic.twitter.com/6vZQO52OSV
— Gastón Edul (@gastonedul) October 19, 2025
El 1-0 fue sorpresivo y dejó aturdido al conjunto nacional, que no pudo recuperarse y a los 28 minutos recibió el segundo tanto tras un contraataque letal de Maamma, quien metió el centro por la derecha para Zabiri, que llegó solo por el segundo palo para empujarla a la red. El 2-0 antes de la media hora de juego presagiaba un grito de campéon más cerca de Africa que de América latina.
El segundo gol de Marruecos. Gran partido de Maamma, quien se encarga de dejarle la pelota en los pies a Zabiri. pic.twitter.com/q83ggbCG6L
— Sofía Sedeño (@sofisede) October 19, 2025
Argentina intentó reaccionar con posesión, presión por todo el campo, varios cambios de Placente y 11 córners contra sólo 1 de los marroquíes, que se mantuvieron sólidos en defensa y eficaces en las transiciones. Sin embargo, el conjunto nacional nunca estuvo cerca de generar peligro real, más allá de algunas aproximaciones, individualidades y centros a la nada.
La Albiceleste, que venía de una campaña invicta y con puntaje ideal en fase de grupos, no logró imponer su juego en la final. En cambio, Los leones del Atlas, tal como se identifican los futbolistas de este país, hicieron honor a su apodo y mostraron coraje y convicción ante un cuco como puede ser la Argentina.
Para el equipo argentino no hubo festejo pero sí reconocimiento a una gran campaña, donde perdieron únicamente el partido decisivo. Los exitistas dirán que el segundo puesto no sirve, pero cuando se habla de una selección formadora de futbolistas, hay que pensar que estos chicos ya tienen un subcampeonato mundial y serán quienes en el futuro reemplacen a Messi, De Paul, Acuña y Paredes, cuando se materialice finalmente el recambio generacional.