
Por primera vez en sus 111 años de historia, el club Rampla Juniors de Uruguay descendió a la Tercera División.
La derrota ante Atenas de San Carlos en Maldonado selló el fin de un ciclo en el club que en 2024 jugó en Primera y en 2025 en Segunda, pero ahora tendrá que comenzar desde abajo en la división amateur del fútbol uruguayo.
Todo empezó con el desembarco del empresario Foster Gillett, que también invirtió en Estudiantes de La Plata, en diciembre de 2024 con la promesa de un rápido retorno a Primera. La dirigencia, con su apoyo, presentó expectativas de crecimiento y profesionalización, pero el escenario cambió drásticamente en menos de un año y medio.
Tras su toma de control, el club inició una serie de cambios en la gestión y la estructura, pero la realidad deportiva fue muy dura. La mala gestión, las mala campaña y el desgaste económico derivaron en una crisis sin precedentes.
El descenso a la categoría amateur en 2026, por primera vez en 111 años, fue el golpe final para un proyecto que prometía volver a los primeros planos y que, en menos de 18 meses, se convirtió en uno de los mayores fracasos en la historia del fútbol uruguayo.
Es uno de los cuatro hijos de George Gillett, un empresario de la comunicación y los deportes en Estados Unidos que llegó a comprar el equipo Harlem Globetrotters y a tener un conglomerado de medios.
George compró el Liverpool inglés junto a Tom Hicks en 2007. Su hijo Foster fue nombrado director en la junta del tradicional club inglés. Los Gillett se mantuvieron al mando hasta 2010, cuando vendieron las acciones a Fenway Sports Group. A Foster se lo vinculó años más tarde con Derby County, de Inglaterra; Hearts, de Escocia, y Lyon, de Francia.