28/10/2025 - Edición Nº994

Internacionales

Crisis política en Berlín

Los conflictos internos complican las reformas del gobierno alemán

20/10/2025 | La coalición del canciller Friedrich Merz atraviesa fuertes tensiones que frenan sus planes de cambio en defensa, pensiones y economía.



El nuevo gobierno alemán, encabezado por el canciller Friedrich Merz, atraviesa su primera gran crisis interna apenas unos meses después de asumir el poder. Lo que comenzó como una alianza prometedora entre conservadores y socialdemócratas hoy muestra fisuras que amenazan con bloquear los principales proyectos de reforma del país.

El Ejecutivo había llegado con una agenda ambiciosa: modernizar la economía, fortalecer la defensa nacional y ajustar el sistema de jubilaciones para enfrentar el envejecimiento de la población. Sin embargo, las diferencias ideológicas entre los partidos que integran la coalición se hicieron evidentes desde el inicio, especialmente en temas como el regreso del servicio militar obligatorio o el aumento de la edad de retiro.


Sede de la Cancillería Federal en Berlín. El gobierno alemán atraviesa su primera gran crisis desde la llegada de Merz al poder.

Merz, que buscaba posicionarse como un líder firme y pragmático, enfrenta ahora críticas tanto dentro como fuera de su partido. Parte de su propio bloque considera que las reformas van demasiado rápido y podrían afectar a los sectores más vulnerables, mientras que otros lo acusan de falta de decisión para imponer su autoridad.

En paralelo, la situación económica no ayuda: Alemania encadena su tercer año de crecimiento débil, con industrias que todavía no se recuperan del impacto energético y de la pérdida de competitividad frente a Asia y Estados Unidos. A esto se suma un clima político cada vez más polarizado, con la ultraderecha ganando apoyo en las encuestas y capitalizando el descontento social.

El desafío para Merz es lograr mantener la unidad dentro de su coalición sin renunciar a los cambios estructurales que prometió durante la campaña. Si no consigue estabilizar su gobierno, corre el riesgo de enfrentar una parálisis legislativa o incluso una ruptura política que podría derivar en elecciones anticipadas.

Desde la posguerra, Alemania se ha caracterizado por su estabilidad institucional y su papel de motor económico de Europa. Pero las tensiones actuales muestran un país en transición, donde la tradicional moderación del sistema político se ve desafiada por nuevas corrientes ideológicas y por la presión de una sociedad que exige respuestas rápidas a problemas complejos.

La próxima etapa será decisiva para el canciller: deberá demostrar que puede gobernar más allá de las disputas internas y recuperar la confianza de los ciudadanos en un momento clave para la política alemana y para la Unión Europea.