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La resolución fue dictada por el juez Alberto Litvack, quien desestimó el pedido formulado por Javier Fernández Lima, hermano de la víctima y querellante en la causa, que había solicitado la “prohibición de innovar” sobre el inmueble hasta que la investigación judicial concluyera.
Según el documento judicial, el fiscal Martín López Perrando consideró que no correspondía hacer lugar a la medida precautoria solicitada, ya que no se verificaba “la verosimilitud en el derecho ni el peligro en la demora”. La defensa de Graf coincidió con esa postura, al señalar que una restricción de ese tipo generaría “un perjuicio irreparable” en la libre disposición de bienes.

De este modo, el magistrado habilitó a los familiares del imputado -acusado de “encubrimiento agravado” y “supresión de evidencia”- a refaccionar la propiedad o disponer de su venta.
El abogado defensor Martín Díaz explicó que Cristian Graf posee solo el 25% del inmueble, mientras que su madre es dueña del 50% y su hermana Ingrid del 25% restante. “La casa pertenecía a los abuelos de Cristian, luego pasó a los padres y ahora les pertenece a ellos como herederos”, indicó el letrado.
Fernández Lima fue visto por última vez el 26 de julio de 1984, cuando regresó del colegio, almorzó con su madre y salió de su casa tras pedirle dinero para viajar en colectivo. Cuarenta y un años después, sus restos y pertenencias fueron encontrados en el patio del chalet que, entre 2001 y 2003, había sido alquilado por el músico Gustavo Cerati.