El Salón Dorado del Teatro Colón será esta tarde el punto donde se cruzan la política y el dinero. Allí, el banco JP Morgan celebrará su foro global con la presencia de Jamie Dimon, Tony Blair, Condoleezza Rice y un grupo selecto de empresarios argentinos y del mundo. La escena, en plena antesala electoral, proyecta una señal de poder que trasciende los límites financieros.
La postal comenzó a delinearse ayer, cuando tres aviones privados -matrículas N601CH, N602CH y N662CH, todos registrados a nombre de JP Morgan Chase Bank- aterrizaron en Ezeiza con minutos de diferencia. Traían a la comitiva que encabeza Dimon, número uno del banco y una de las voces más influyentes de Wall Street, en un contexto marcado por la presión cambiaria, los movimientos en el gabinete y la cuenta regresiva hacia las urnas.
JP Morgan no es un actor cualquiera: participa en la recompra de bonos argentinos y en la negociación de un posible préstamo privado de USD 20.000 millones. Su desembarco, con figuras de peso global y local, agrega una capa de simbolismo al clima político.
El encuentro de hoy en el Colón reunirá, además, a Tony Blair -ex primer ministro británico y actual jefe del consejo del banco-, a Condoleezza Rice, ex secretaria de Estado norteamericana, y a Amin Nasser, CEO de Saudi Aramco, interesado en Vaca Muerta. Entre los empresarios argentinos invitados figuran Marcos Galperin, Eduardo Escasany, Armando Loson y Mariano Bosch.
El despliegue de seguridad en la calle Posadas, donde se hospedan las delegaciones, anticipa la magnitud del evento. Camionetas negras, custodia privada y presencia de la Policía Federal marcaron la previa de una jornada que se extenderá hasta la noche, al borde de la veda electoral.
Aunque el banco insista en que el foro abordará temas globales, la imagen bajo las luces del Colón dejará una lectura inevitable: en medio de la incertidumbre política, el poder financiero global volvió a ocupar el centro de la escena argentina.