El desembarco de Pablo Quirno al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores marca un giro singular en la diplomacia argentina. Economista formado en Estados Unidos y con una extensa carrera en el mundo financiero global, Quirno llega a la Cancillería con el aval directo del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, de quien es uno de los colaboradores más cercanos.

Hasta ahora, se desempeñaba como secretario de Finanzas, cargo que ocupaba desde el inicio de la gestión libertaria. Desde allí, manejó temas sensibles como la deuda pública, la relación con organismos de crédito internacionales y la búsqueda de inversión extranjera, tareas que ahora trasladará al plano diplomático.
Licenciado en Ciencias Económicas por The Wharton School de la Universidad de Pensilvania, Quirno tiene un perfil inusual para la política argentina.
Su carrera comenzó en el sector privado, donde se destacó como director para Latinoamérica del banco de inversión J.P. Morgan, con base en Nueva York. Allí integró el Comité de Gerenciamiento Regional y asesoró a gobiernos y empresas en fusiones, adquisiciones, privatizaciones y private equity en América, Europa y Asia.
Durante dos décadas, se movió entre las grandes ligas de las finanzas internacionales, lo que le permitió construir una red de contactos en el circuito económico global que hoy se convierte en su principal activo político.
Su llegada a la función pública se produjo en 2016, cuando el entonces ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay lo designó coordinador general de la Secretaría de Finanzas. Un año más tarde, con Caputo al frente de la cartera, Quirno se transformó en su jefe de gabinete.
Un honor asumir esta nueva responsabilidad, muchas gracias al Presidente @JMilei por la confianza y al Ministro @LuisCaputoAR por tantos desafíos compartidos. Seguiremos trabajando en equipo!
— Pablo Quirno (@pabloquirno) October 23, 2025
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Desde ese rol fue parte del equipo que negoció el préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante el gobierno de Mauricio Macri, y participó en el diseño del esquema de Participación Público-Privada (PPP).
En 2018, a pedido de Caputo, ingresó brevemente al Directorio del Banco Central, pero dejó el cargo tres meses después, cuando su mentor renunció a la presidencia del organismo.
Desde entonces, su nombre quedó ligado al círculo más cercano de Caputo, con quien comparte no solo trayectoria sino una visión económica orientada a los mercados y al financiamiento privado.
Su designación como canciller representa una apuesta clara del gobierno de Javier Milei: trasladar la lógica de la gestión económica al frente diplomático.
En la práctica, Quirno será el encargado de tender puentes financieros y comerciales con otros países, de impulsar la llegada de inversiones y de reforzar los vínculos con organismos multilaterales.
Cerca del ministro de Economía destacan su “capacidad técnica, su bajo perfil y su conocimiento de los circuitos globales de capital”, virtudes que según señalan lo convierten en el hombre ideal para una diplomacia enfocada en los negocios y la apertura de mercados.
Aunque su perfil está lejos del político tradicional, Quirno ha sabido moverse con discreción entre las tensiones del poder. Su desembarco en la Cancillería no solo consolida la influencia de Caputo en el gabinete, sino que anticipa una diplomacia económica más activa, en línea con la agenda liberal del Gobierno.
Con un pie en Wall Street y otro en Balcarce 50, Pablo Quirno encarna la síntesis de esta nueva etapa: un tecnócrata financiero que llega a la política exterior con la misión de convertir la diplomacia en una extensión del modelo económico.
FS