Telefe dejó de ser un activo de una multinacional y volvió a manos argentinas. El grupo encabezado por el rosarino Gustavo Scaglione -dueño de Televisión Litoral (El Tres Rosario, radios y portales)- cerró la compra a Paramount/Skydance, que llevaba meses buscando desprenderse de operaciones en la región.
La propia Telefe y medios de referencia confirmaron la operación y ubicaron el monto entre USD 94 y USD 100 millones (algunas fuentes hablan de USD 95 millones), muy por debajo de los USD 345 millones que Viacom pagó en 2016, síntoma del nuevo “precio” del aire en la era del streaming.
Aunque el frontman es Scaglione, el poder detrás de la adquisición trae nombres pesados. Según se detalló, la compra se oficializó con José Luis Manzano y que la mesa podría ampliarse “en los próximos días” con Daniel Vila y Claudio Belocopitt; otros medios mencionan el ingreso directo de los accionistas de Grupo América (Vila-Manzano) e incluso a Belocopitt como coadquirentes.
¿Por qué importa? Porque el ecosistema analógico-digital argentino queda más concentrado en actores con fuerte gravitación política y territorial.
Scaglione ya opera señales y diarios en Santa Fe, Tucumán, Salta y otras plazas; además participa en el grupo que está integrado por América TV, A24, La Red, lo que abre interrogantes sobre integraciones de contenidos, sinergias comerciales y la puja por audiencias en un mercado con caída de inversión publicitaria tradicional. La continuidad de Darío Turovelzky como CEO sugiere transición ordenada en la gestión de pantalla.
La transacción, además, repolitiza la TV abierta: la dupla Vila–Manzano ha sido históricamente leída como un actor con llegada transversal al poder (oficialismo y oposición, según coyunturas), mientras que Belocopitt -si se confirma su participación- llega con músculo financiero propio de la salud privada y presencia mediática.
En paralelo, el “retiro” de Paramount consolida el éxodo de multinacionales y devuelve a manos locales los principales canales, con efectos en la negociación sindical, la producción de ficción local y la grilla electoral 2025–2027.
Qué viene: la transferencia de licencias y/o cambios de control deben transitar el proceso administrativo ante el regulador (ENACOM, hoy intervenido), que conserva atribuciones de la Ley 26.522/27.078 para autorizar cesiones y estructuras societarias. Es decir, el deal está cerrado entre privados, pero restan pasos formales.
En términos de competencia, habrá que mirar cómo conviven (o compiten) bajo un mismo paraguas intereses cruzados entre Telefe, América y sus señales hermanas; si aparecen acuerdos de ventas publicitarias integradas; y qué margen queda para terceros (eltrece, elnueve, Net TV) en la torta de rating e ingresos. El precio pagado -sensiblemente menor al de 2016- tensiona, además, futuras valuaciones de activos audiovisuales locales.
Finalmente, el capítulo político: Telefe es la pantalla de mayor encendido del país. En un ciclo electoral inmediato, su nueva gobernanza será observada por Casa Rosada, gobernadores y oposiciones. Según diversas fuentes, incluso hubo pujas previas para orientar la venta hacia otros grupos cercanos al Gobierno nacional, que no prosperaron.