La investigación por la desaparición de Rubén “Mencho” Gill, Margarita Gallego y sus cuatro hijos vuelve a tomar impulso más de dos décadas después. El próximo 12 de noviembre, a las 8:30, el campo “La Candelaria”, en el departamento Nogoyá, será nuevamente inspeccionado en busca de rastros que permitan reconstruir qué ocurrió con la familia entrerriana desaparecida desde enero de 2002.
La medida fue dispuesta por el juez de Transición y Garantías de Nogoyá, Oscar Rossi, a pedido del abogado querellante Marcos Rodríguez Allende, representante de los familiares de las víctimas. El operativo incluirá una inspección ocular judicial acompañada de procedimientos técnicos de última generación, coordinados por la Dirección de Investigaciones e Inteligencia Criminal de la Policía de Entre Ríos, junto con la División Policía Científica y la División de Investigaciones de la Jefatura Departamental de Nogoyá.
Entre los recursos previstos se destacan drones DJI Matrice 300, que permitirán obtener imágenes aéreas de alta resolución y realizar una georreferenciación precisa de las 600 hectáreas del predio. Además, se evalúa la posibilidad de solicitar la colaboración de la NASA para acceder a imágenes satelitales retroactivas del año 2002, con el objetivo de detectar movimientos de tierra o alteraciones en el terreno que pudieran indicar la presencia de fosas.

“Creemos que los cuerpos están enterrados allí”, sostuvo el abogado Rodríguez Allende en declaraciones televisivas, al remarcar que el uso de tecnología avanzada podría resultar determinante para localizar zonas de interés dentro del campo.
El letrado señaló que la intervención “trasciende una simple inspección judicial”, ya que busca cartografiar el predio completo y contrastar los nuevos datos con los obtenidos en operativos anteriores. También anticipó que se renovarán testimonios, al considerar que “hay personas que no han dicho toda la verdad” sobre lo sucedido, pese al fallecimiento del dueño del campo, Alfonso Goette, en 2016.
La reapertura de la causa coincidió con la aparición de nuevos testigos dispuestos a declarar y aportar información. Una de las líneas de investigación apunta precisamente a Goette, quien fue el último en ver a la familia con vida y mantenía una relación laboral directa con Rubén Gill.
Una vez finalizado el operativo, se elaborará un informe técnico integral que será clave para definir los próximos pasos judiciales. “María Delia Gallego, madre de Margarita y abuela de los chicos, lleva más de 20 años esperando respuestas. Ella merece saber la verdad”, expresó Rodríguez Allende.
El caso, que estremeció a Entre Ríos y se convirtió en uno de los mayores enigmas policiales del país, podría tener en las próximas semanas un nuevo capítulo decisivo.