En la región núcleo, la siembra de la soja 2025/26 puso primera y comenzó en un escenario con mejores márgenes económicos, en comparación al ciclo pasado. De todos modos, también predomina cierto grado de cautela ante las incidencias del clima y la incertidumbre internacional, con el conflicto comercial entre China y Estados Unidos a la cabeza.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los productores ya avanzaron sobre las primeras 200.000 hectáreas, en una campaña donde el 75% de los lotes presenta niveles adecuados de humedad.
En algunas zonas, la entidad rosarina reconoció que los productores optaron por esperar la mejora de las condiciones meteorológicas antes de salir al campo. Sin embargo, en otras localidades, como Marcos Juárez, las sembradoras avanzan a buen ritmo y en esa localidad ya se implantó el 30% del cultivo de primera.
En la franja oeste bonaerense, el partido de General Pinto lleva sembrado el 5% del área prevista. En otras zonas, el progreso es menor, ya que muchos productores prefieren esperar el paso de las lluvias anunciadas. “En Venado Tuerto se avanza, aunque los técnicos advierten que es un poco arriesgado, pero algunos están sembrando”, indicó el informe.
Al momento de redactar el trabajo, la BCR calculó que en la zona núcleo el área sembrada representa un 7% de las 3,2 millones de hectáreas proyectadas en soja de primera. Una vez que finalicen las lluvias y mejoren las condiciones del suelo, se espera un fuerte avance en las tareas de siembra.
🌱Soja 2025/26: arrancó la siembra con mejor “foto” en márgenes y la esperanza de superar 40 quintales, pero con “turbulencias” y miedo a Brasil
— BCR Mercados (@BCRmercados) October 24, 2025
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De acuerdo a la BCR, el panorama climático es inestable y para lo que queda del mes se esperan chaparrones, tormentas y posibles heladas.
“En los próximos días se desarrollarán precipitaciones que ganarán una cobertura progresiva desde el sur de La Pampa hacia la Mesopotamia. El avance de un sistema frontal frío desde el sudoeste pampeano provocará un significativo descenso térmico”, agregó.
A diferencia del clima, los márgenes económicos -al menos en este momento de la campaña- muestran números favorables. Con un rinde base de 40 quintales por hectárea (unos 4.000 kilos) la BCR estimó una ganancia neta de USD 97 por hectárea en campo propio y de USD 87 en campo alquilado.
Según el relevamiento, el objetivo de los productores es lograr rindes superiores a 40 quintales por hectárea e incluso aspirar a 50, lo que permitiría alcanzar ganancias de hasta USD 556 por hectárea en campo propio y USD 152 en campo alquilado.
La bolsa rosarina advirtió sobre un contexto internacional “turbulento”, en donde los precios futuros continúan bajo presión ante la posibilidad de un evento “La Niña”, que afecte los cultivos del hemisferio sur. Además, la proyección de una cosecha récord en Brasil, estimada en 178 millones de toneladas, podría presionar los precios a la baja.
En paralelo, las negociaciones comerciales también generan incertidumbre. “Los aranceles de Estados Unidos y los acuerdos con China son temas que siguen generando ruido en el mercado”, analizó la BCR.
En el plano agronómico, la campaña se presenta desafiante por el avance de malezas y los costos de control. Los herbicidas representan el 20% del gasto total en la soja de primera, lo que equivale a entre 4 y 5 quintales por hectárea.
“Es un año muy difícil —advirtieron los técnicos-, las lluvias de invierno adelantaron la aparición del yuyo colorado y con los días de viento y lluvia se complica llegar a tiempo”.
La pérdida de eficiencia en las aplicaciones obliga a sumar tratamientos adicionales. “Ya hay que agregar una aplicación más al Excel, lo que implica entre 20 y 40 dólares por hectárea extra”, detallaron los asesores.
En campo alquilado, el costo del arrendamiento sigue siendo una variable clave. “Hay muchas formas de pagar los alquileres, y eso impacta directamente en los costos. También influye la estrategia de comercialización de la soja, por eso es difícil dar un número único de margen”, explicaron desde la entidad.
De acuerdo con los cálculos actuales, para cubrir los costos se necesita cosechar al menos 41 quintales por hectárea en campo alquilado y 28 quintales en campo propio. “Se toma como referencia un rinde objetivo de 40 quintales por hectárea y se considera la carga impositiva vigente”, concluyó la BCR.