El reciente comentario del presidente Gustavo Petro asegurando que Ecopetrol "se está quebrando" desató una oleada de reacciones en el ámbito político y económico colombiano. La afirmación, pronunciada durante una entrevista televisiva, puso bajo los reflectores a la principal empresa estatal del país y generó inquietud entre los inversionistas. Sin embargo, las cifras y los análisis disponibles muestran una realidad más matizada: la compañía enfrenta dificultades estructurales, pero no se encuentra en riesgo inminente de insolvencia.
Durante los últimos trimestres, Ecopetrol ha visto caer sus utilidades netas y el valor de sus acciones, afectada por la baja en los precios internacionales del crudo y por la presión fiscal derivada de los nuevos impuestos al sector. Pese a ello, la empresa mantiene una estructura financiera robusta, con activos valiosos y operaciones estables en Colombia y en el exterior. Los expertos coinciden en que hablar de quiebra es una exageración política que puede dañar su reputación y elevar sus costos de financiamiento.
Uno de los puntos de tensión más visibles es la relación del gobierno colombiano con la dirección de Ecopetrol, que ha intentado preservar la autonomía técnica frente a las presiones ideológicas del Ejecutivo. Petro ha cuestionado las inversiones en la cuenca del Permian Basin, en Texas, calificándolas de incoherentes con la transición energética. No obstante, analistas del sector consideran que este activo es uno de los más rentables y estratégicos para el futuro de la compañía, con costos de producción bajos y una rentabilidad sostenida incluso en escenarios de volatilidad del crudo.
También influye el clima de incertidumbre generado por las declaraciones presidenciales. Al afirmar que la empresa está al borde del colapso, se envía una señal negativa al mercado, lo que podría frenar la entrada de capital extranjero y afectar la confianza interna. En un contexto donde Ecopetrol aporta una parte significativa de los ingresos fiscales del país, la estabilidad de su imagen corporativa es clave para evitar turbulencias macroeconómicas.
"Ecopetrol se está quebrando por seguir amarrada al petróleo". Eso dijo @petrogustavo en otro ataque de irrealidad.
— Germán D. Machado R. (@gmachrod) October 22, 2025
Este es el valor de las principales empresas petroleras en la bolsa de Nueva York.
Desde el 2021, las petroleras han aumentado su valor... Excepto Ecopetrol. pic.twitter.com/C9vdvbPdmu
Las declaraciones de Petro reflejan una visión política que busca acelerar la transición energética sin comprometer el gasto social, pero esa estrategia enfrenta un dilema fiscal: reducir la dependencia del petróleo sin reemplazar sus ingresos podría dejar un vacío en las finanzas públicas. Ecopetrol sigue siendo el principal motor de exportaciones e impuestos en Colombia, por lo que su debilitamiento tendría un impacto directo en el presupuesto nacional.
A mediano plazo, el desafío estará en equilibrar la visión ambiental del gobierno con la sostenibilidad económica de la petrolera. Si el Ejecutivo logra respaldar una transición gradual y realista, que combine energías limpias con el aprovechamiento responsable de los activos existentes, la empresa podría superar su fase de estancamiento. Pero si persiste el discurso alarmista, la confianza de los mercados podría deteriorarse y Colombia perdería uno de sus pilares económicos más estables.