04/11/2025 - Edición Nº1001

Internacionales

Relevo militar

Tinubu cambia jefes militares sin resolver el caos en Nigeria

26/10/2025 | El presidente de Nigeria reemplazó a los jefes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, en un intento por frenar la violencia y reforzar la seguridad.



El presidente Bola Tinubu anunció un cambio total en la cúpula militar de Nigeria con efecto inmediato, en una decisión que refleja la urgencia de recuperar el control ante la ola de inseguridad que azota al país. En un comunicado difundido el 24 de octubre, su asesor de prensa informó que fueron nombrados nuevos jefes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, además de un nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa. La medida fue interpretada como una señal de autoridad y un intento de imprimir un sello personal sobre la estructura de seguridad nacional.

El recambio llega tras meses de creciente presión pública por los secuestros masivos, ataques insurgentes y violencia criminal que afectan distintas regiones del país. Tinubu, que ya había realizado una rotación de mandos en 2023 al asumir el poder, busca ahora una reestructuración más profunda que combine disciplina operativa y resultados visibles. En su entorno, sostienen que el objetivo es “reforzar la coordinación inter‑fuerzas y devolver confianza a la población”.

Nuevos mandos y objetivos tácticos

Entre los designados figura el general Olufemi Oluyede como jefe del Estado Mayor de la Defensa, quien reemplaza al general Christopher Musa. Junto a él fueron promovidos Waidi Shaibu como jefe del Ejército, Sunday Kelvin Aneke al frente de la Fuerza Aérea y Ibrahim Abbas como nuevo jefe de la Marina. Solo el general E.A.P. Undiendeye conservará su puesto en Inteligencia de la Defensa, lo que apunta a mantener cierta continuidad en las operaciones de información y vigilancia.

Cada nuevo mando representa un perfil operativo distinto: Oluyede se formó en infantería y unidades combinadas, Shaibu proviene del arma blindada, Aneke es experto en movilidad aérea e ISR, y Abbas tiene amplia experiencia en el Delta del Níger. En conjunto, la renovación apunta a acelerar los ciclos de respuesta ante amenazas insurgentes y criminales, además de mejorar la cooperación entre ramas armadas.

Desafíos y posibles impactos

El principal reto para Tinubu será convertir este giro institucional en resultados concretos. Nigeria enfrenta simultáneamente insurgencias islamistas en el noreste, bandolerismo y secuestros en el noroeste, y violencia separatista en el sureste. El despliegue militar se ha visto limitado por falta de equipamiento, demoras logísticas y corrupción interna, factores que podrían diluir los efectos del cambio de mando si no se acompañan de mayores recursos. Los analistas prevén que los primeros indicadores de éxito deberán medirse en una reducción sostenida de ataques y secuestros en los próximos 90 días.

La apuesta de Tinubu tiene también una dimensión política: busca reafirmar control sobre las fuerzas armadas y proyectar liderazgo ante un país exhausto por la inseguridad. Si la estrategia logra estabilizar zonas clave como el Delta del Níger o Borno, podría mejorar el clima de inversión y la producción petrolera. Sin embargo, una transición tan amplia siempre conlleva riesgos de fricción interna y pérdida temporal de eficacia. En última instancia, el éxito del plan dependerá de la capacidad logística, la financiación sostenida y la cohesión del nuevo equipo militar.

Temas de esta nota:

FUERZAS ARMADASNIGERIABOLA TINUBU