31/10/2025 - Edición Nº997

Internacionales

Robo histórico

Arrestan a dos sospechosos del millonario robo de joyas en el Louvre

27/10/2025 | Tras un golpe que duró menos de diez minutos, Francia captura a dos hombres en la investigación del asalto a la galería real.



El espectacular robo al Museo del Louvre ya tiene a sus primeros detenidos. Una semana después del golpe que conmocionó a Francia y al mundo, la policía arrestó a dos hombres vinculados con el asalto en el que se llevaron valiosas joyas del tesoro real francés, valoradas en más de 80 millones de euros.

El golpe ocurrió en la mañana del domingo 19 de octubre y duró menos de diez minutos. Cuatro individuos disfrazados de operarios de mantenimiento ingresaron al museo utilizando una plataforma elevadora estacionada junto al río Sena. Con chalecos reflectantes, cascos y herramientas eléctricas, lograron acceder a la famosa Galerie d’Apollon, donde se exhibían piezas pertenecientes a la antigua monarquía francesa y a la época napoleónica.

Las cámaras de seguridad muestran cómo rompieron una ventana lateral, desactivaron parte del sistema de alarmas y escaparon con ocho joyas antes de que el personal pudiera reaccionar. Fue una operación precisa, silenciosa y con conocimiento del edificio: los investigadores creen que hubo planificación interna o colaboración de alguien con acceso.

Galerie d’Apollon. Allí estaban expuestas las joyas reales sustraídas en un asalto que duró menos de diez minutos.

Entre las piezas robadas se encontraban un conjunto de zafiros y diamantes de la reina María Amalia, una tiara de la emperatriz Eugenia y un collar de esmeraldas que perteneció a María Luisa, la segunda esposa de Napoleón Bonaparte. Se trata de objetos que no sólo tienen un valor económico incalculable, sino también un profundo peso histórico: son parte de la herencia real que sobrevivió a revoluciones, guerras y siglos de historia francesa.

Los primeros arrestos

Uno de los sospechosos fue detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando intentaba abordar un vuelo con destino a Argelia; el otro, en un suburbio del norte de París, presuntamente mientras preparaba su huida hacia Malí. Ambos tienen alrededor de treinta años y antecedentes por robos organizados. La policía sospecha que formaban parte del grupo que ejecutó el asalto y que podrían haber contado con apoyo logístico de terceros.

Los investigadores rastrearon su ubicación gracias a señales de teléfonos móviles y a registros de cámaras de tráfico, que captaron el vehículo utilizado para escapar. En los allanamientos se incautaron chalecos, herramientas de corte y restos de joyería, aunque todavía no se recuperó ninguna de las piezas sustraídas.

La fiscal de París, Laure Beccuau, pidió cautela ante la difusión de datos sobre los arrestos y señaló que cualquier filtración podría poner en riesgo la investigación. Explicó que más de un centenar de agentes continúa trabajando de forma coordinada para dar con el resto de los implicados y localizar las joyas desaparecidas. “Es demasiado pronto para avanzar conclusiones”, advirtió, en medio de la fuerte presión mediática que mantiene en vilo a las autoridades francesas.

Por su parte, el ministro del Interior, Laurent Núñez, celebró el avance de la pesquisa y reconoció el esfuerzo de los investigadores, aunque evitó brindar detalles sobre las capturas. El gobierno enfrenta críticas por las fallas de seguridad expuestas por el asalto: los cuatro ladrones irrumpieron durante el horario de apertura, rompieron una ventana del piso superior con ayuda de una grúa y escaparon en motocicletas con las ocho piezas, valoradas en más de 100 millones de dólares. El caso, considerado una “vergüenza nacional” por su magnitud simbólica, reavivó el debate sobre la protección del patrimonio francés.

Laure Beccuau, fiscal de París, lidera la investigación del robo millonario al Louvre y reclamó discreción para no entorpecer el trabajo de los equipos policiales. 

Un desafío para las autoridades

El robo puso en evidencia vulnerabilidades en la seguridad de uno de los museos más vigilados del planeta. El Louvre, que recibe millones de visitantes al año, se vio obligado a revisar sus protocolos y reforzar la custodia de salas históricas. Las autoridades francesas también ordenaron auditorías de seguridad en otros museos nacionales, ante el temor de que se trate de una banda con experiencia internacional.

Mientras tanto, los expertos advierten que el tiempo es clave: cuanto más se demore la recuperación, mayor es el riesgo de que las joyas sean desmontadas, fundidas o vendidas en el mercado negro. Sin embargo, los investigadores confían en que las recientes detenciones permitan rastrear la red detrás del robo.

Un golpe al patrimonio cultural

Más allá del botín, el caso reavivó el debate sobre la protección del patrimonio cultural europeo. Las joyas sustraídas representan siglos de historia, desde el esplendor de los Borbones hasta el legado napoleónico. Su pérdida no sólo significa un daño económico, sino un golpe simbólico a la memoria de Francia.

El Museo del Louvre, testigo de la historia real y revolucionaria del país, vuelve a ser escenario de un hecho que lo marcará para siempre. Y aunque los investigadores aseguran estar “cada vez más cerca” del resto de la banda, el misterio sobre el paradero de las joyas sigue intacto.