¿Qué implica el nuevo equilibrio de poder en Diputados para las reformas?

La Cámara de Diputados que asumirá el 10 de diciembre tendrá un nuevo equilibrio de poder. La Libertad Avanza (LLA) junto a sus socios del PRO y un sector del radicalismo alcanzaría 107 bancas, consolidándose como la primera minoría, mientras que el peronismo —reagrupado en Unión por la Patria y sus aliados— mantendría 98 escaños y seguirá siendo la segunda fuerza.

La nueva composición marca una polarización acentuada, con dos bloques dominantes que concentrarán más del 80 por ciento de la Cámara, aunque ninguno con mayoría propia. El oficialismo necesitará acuerdos con fuerzas “dialoguistas” para aprobar las reformas estructurales que el Gobierno busca impulsar, como la laboral y la tributaria.

El bloque libertario crece y busca apoyos

La Libertad Avanza pasará a tener 80 diputados propios, un salto notable respecto a los 29 con los que contaba hasta ahora. A ellos se suman 10 legisladores del PRO y tres radicales cercanos al oficialismo. De los 64 nuevos integrantes, 51 pertenecen al núcleo libertario, 10 provienen del macrismo y 3 de la UCR.

El PRO, que en esta elección renovaba 21 de sus 35 bancas, logró retener 10 y contará con 24 representantes, consolidando su papel como aliado estratégico del Gobierno en el Congreso. Además, los tres “radicales con peluca” —como se autodefinen los libertarios de origen boina blanca— y otros tres radicales con mandato vigente reforzarán la base oficialista, que así alcanzará los 113 votos.

Con ese número, el oficialismo podrá bloquear eventuales insistencias legislativas, pero todavía necesitará al menos 16 votos adicionales para alcanzar el quórum de 129 y sancionar leyes.

Entre los espacios que podrían servir como apoyo ocasional aparecen Innovación Federal (7 diputados), Producción y Trabajo (2), Independencia (2) y Futuro y Libertad (1, representada por Verónica Razzini). También se perfila como interlocutor relevante Provincias Unidas, un nuevo armado de gobernadores que rondará los 20 integrantes, aunque con poder político disminuido tras las derrotas en la mayoría de sus provincias.

En términos territoriales, la alianza entre LLA, el PRO y sectores radicales logró 17 bancas en Buenos Aires, 7 en la Ciudad, 5 en Córdoba, 4 en Mendoza y Santa Fe, 3 en Entre Ríos, y 2 en provincias como San Luis, Salta, Chaco y Tucumán. También conquistó representación en Catamarca, Chubut, Corrientes, Jujuy, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro, San Juan, Santa Cruz, Tierra del Fuego, La Rioja y Formosa.

El peronismo conserva presencia nacional

El peronismo mantendrá una presencia robusta con 98 diputados, aunque sin recuperar el peso de sus años de hegemonía. De las 46 bancas que ponía en juego, logró retener la totalidad, con victorias en siete distritos. Obtuvo 16 escaños en Buenos Aires, 4 en la Ciudad, 3 en Santa Fe, 2 en Chaco, Catamarca y Entre Ríos, y sumó uno en Tucumán.

También mantuvo representación en Santiago del Estero (3), y consiguió una banca en La Rioja, Formosa, Chubut, Río Negro, San Luis, San Juan, Mendoza, Corrientes y Tierra del Fuego.

El espacio seguirá siendo la segunda fuerza, aunque más fragmentado. Resta definir la situación de la diputada tucumana de Independencia, que podría reincorporarse a Unión por la Patria y modificar el conteo final.

Los bloques provinciales y la nueva minoría

Innovación Federal conservará siete legisladores, tras renovar dos de las tres bancas que ponía en juego, en Misiones y Salta. Provincias Unidas, el nuevo sello de los gobernadores, sumó ocho escaños (tres por Córdoba, dos por Santa Fe, uno por Jujuy, Corrientes y la Ciudad de Buenos Aires) y busca ampliar su volumen mediante acuerdos con Encuentro Federal, Democracia para Siempre y Por Santa Cruz.

Además, ese conglomerado intentará atraer a los dos diputados del MID y a los exlibertarios del bloque Coherencia, como el puntano Carlos D’Alessandro y Gerardo González.

La izquierda, en tanto, consiguió tres nuevas bancas —dos por la provincia y una por la Ciudad de Buenos Aires— y conservará cuatro en total. La Coalición Cívica quedó reducida a sus dos diputados con mandato vigente hasta 2027, sin incorporar nuevos nombres.

Tanto el MID como Coherencia conservarán sus actuales cuatro y dos escaños respectivamente, aunque con menor incidencia política en el nuevo escenario.

Un Congreso fragmentado pero más polarizado

La nueva Cámara baja exhibe un panorama inédito: más fragmentada en los márgenes, pero fuertemente polarizada entre libertarios y peronistas. Con 107 y 98 bancas respectivamente, ambos espacios dominarán el debate parlamentario y obligarán a un ejercicio constante de negociación política.

Para el Gobierno, los próximos meses serán decisivos: de su capacidad para articular mayorías dependerá el avance de su agenda económica y las reformas estructurales que Milei prometió desde su llegada al poder.

BFB