03/11/2025 - Edición Nº1000

Internacionales

Memoria y diversidad

Carlos III inauguró el primer monumento a militares LGBT en el Reino Unido

27/10/2025 | El rey encabezó un acto histórico en homenaje a quienes sirvieron ocultando su identidad durante décadas.



En una jornada cargada de simbolismo, el rey Carlos III inauguró en Staffordshire el primer monumento británico dedicado a los militares LGBT que sirvieron en las fuerzas armadas bajo años de discriminación y silencio. El acto, celebrado en el National Memorial Arboretum, reunió a veteranos, autoridades y representantes de la comunidad diversa, en lo que fue uno de los gestos más inclusivos de la monarquía moderna.

La obra, titulada An Opened Letter (“Una carta abierta”), es una escultura de bronce que reproduce una hoja arrugada, grabada con frases y fragmentos de documentos que en el pasado sirvieron para expulsar a soldados, marinos y aviadores por su orientación sexual o identidad de género. Aquellos textos que alguna vez simbolizaron el rechazo, hoy se transforman en un mensaje de reconocimiento.

Durante la ceremonia, Carlos III depositó flores y escuchó a veteranos que compartieron experiencias de décadas en las que servir al país implicaba, para muchos, ocultar una parte esencial de sí mismos. Fue además la primera vez que el monarca participó oficialmente en un acto de apoyo directo a la comunidad LGBT, en su condición de jefe supremo de las fuerzas armadas.

Detrás del proyecto estuvo el ex oficial Craig Jones, quien sirvió en la Marina Real y fue uno de los primeros militares británicos en hablar abiertamente de su homosexualidad tras el fin de la prohibición. Expulsado en los años 90, Jones convirtió su historia personal en una causa pública y fundó la asociación Fighting with Pride, una organización que reúne a veteranos LGBT y trabaja por el reconocimiento de quienes fueron marginados por las políticas del pasado.

Durante años, Jones y su equipo hicieron campaña para crear un espacio físico que honrara a las personas que sirvieron bajo esa exclusión institucional. Recaudaron fondos, promovieron debates en el Parlamento y lograron el apoyo del Ministerio de Defensa y de la Casa Real. La inauguración del monumento es, en buena medida, fruto de esa persistencia: una reparación colectiva nacida del esfuerzo individual.


Fighting with Pride, una red de veteranos LGBT que lucha por el reconocimiento y la reparación de quienes fueron sancionados o silenciados por las políticas militares.

Jones, presente en el acto, describió el momento como “un cierre que nunca pensé vivir”. Su relato se volvió símbolo del tránsito entre dos épocas: la de la vergüenza impuesta y la del orgullo recuperado.

De la prohibición al reconocimiento

Hasta el año 2000, las leyes militares británicas prohibían expresamente que personas homosexuales o trans integraran las fuerzas armadas. Quienes eran descubiertos enfrentaban interrogatorios, despidos y la pérdida de sus condecoraciones o pensiones. A lo largo de la Guerra Fría y los años 90, cientos fueron forzados a dejar el servicio, en muchos casos con secuelas emocionales y sociales profundas.

El cambio llegó tras años de reclamos judiciales y presión social. La anulación de la prohibición abrió lentamente un proceso de reparación que incluyó disculpas públicas, revisión de registros y compensaciones económicas a las víctimas. La inauguración del monumento constituye la etapa más visible de ese camino hacia la memoria y la reconciliación institucional.


Carlos III encabezó la inauguración del primer monumento del Reino Unido dedicado a los militares LGBT, en el National Memorial Arboretum de Staffordshire.

Un mensaje que trasciende lo militar

El emplazamiento en el Memorial Arboretum -espacio donde se recuerdan a los caídos de todas las guerras británicas- no es casual: busca integrar la historia de las personas LGBT al relato oficial del servicio militar, un terreno tradicionalmente conservador. La escultura fue diseñada para invitar al visitante a reflexionar sobre la evolución social y moral del país, desde la censura hasta la inclusión.

El acto fue acompañado por discursos que destacaron la valentía de quienes sirvieron “sin poder decir quiénes eran” y la necesidad de seguir construyendo instituciones más diversas. Entre los asistentes se encontraban antiguos oficiales expulsados por su identidad, muchos de los cuales jamás habían recibido un reconocimiento formal.


Exmiembros de las fuerzas armadas británicas participaron del homenaje, muchos de ellos portando medallas recuperadas tras décadas de exclusión.

Un gesto que deja huella

Más allá de su valor artístico, el monumento representa un hito cultural y político. Para el Reino Unido, significa reconocer oficialmente una herida abierta durante más de medio siglo; para las nuevas generaciones, un recordatorio de que la lealtad y el servicio no dependen de la orientación sexual ni del género.

Con esta inauguración, Carlos III refuerza una imagen de modernidad y sensibilidad social que la monarquía británica viene construyendo desde su ascenso. El memorial no solo honra a los veteranos invisibilizados, sino que se convierte en un símbolo de orgullo, justicia y transformación dentro de una de las instituciones más antiguas del país.