27/10/2025 - Edición Nº993

Política

Tensión en el búnker

Axel Kicillof y la reacción de Máximo Kirchner ante la derrota electoral

27/10/2025 | Mientras Axel Kicillof llamaba a “redoblar los esfuerzos”, el hijo de la expresidenta mostró su fastidio y dejó a la vista las tensiones dentro de La Cámpora.



Pasadas las 23, Axel Kicillof subió al escenario del búnker de Fuerza Patria para reconocer la derrota “por un resultado ajustado” frente a La Libertad Avanza. Lo acompañaban los principales referentes del peronismo bonaerense. Pero todas las miradas se dirigieron a Máximo Kirchner, que, lejos de ocultarlo, dejó ver su enojo en cada gesto: la mirada perdida, los brazos cruzados, la indiferencia ante los aplausos.

El diputado nacional, líder de La Cámpora, no soportó el discurso del gobernador sin gesticular ni comentar con los suyos. Las cámaras lo registraron incómodo, sobre todo cuando Kicillof destacó “el trabajo de los intendentes”, un mensaje que sonó como reproche hacia la conducción camporista. La postal del fastidio fue tan notoria que se transformó en la síntesis de una noche amarga para el kirchnerismo.

Mientras tanto, Mayra Mendoza, su aliada más fiel, lanzó un dardo directo: Cristina Kirchner tenía razón, no importa cuándo leas esto”, escribió en redes, en clara alusión a la decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones bonaerenses, una estrategia que Máximo avaló pero que terminó debilitando la campaña. En los hechos, la derrota abrió un pase de facturas cruzado entre la militancia camporista y los intendentes tradicionales del PJ.

En ese clima, Teresa García cuestionó el desempeño desigual de los jefes comunales, mientras Mario Secco, de Ensenada, salió al cruce: “Es una barbaridad decir que los intendentes nos borramos. Cuando buscan un chivo expiatorio, siempre apuntan a nosotros”. Sus palabras sonaron como un mensaje directo a Máximo, que en los últimos meses perdió influencia en la estructura bonaerense.

Kicillof intentó poner paños fríos y habló de “unidad, militancia y responsabilidad hacia 2027”, pero el daño ya estaba hecho. Entre los rostros tensos, la figura de Máximo Kirchner quedó como símbolo de una conducción encerrada en sí misma, que no logra leer el humor social ni rearmar una estrategia después de una derrota que marca el fin de un ciclo.