Tras la derrota del domingo, Axel Kicillof volvió a tomar el centro del escenario. En una extensa entrevista con C5N, el gobernador bonaerense buscó quitar dramatismo al resultado, defendió el rendimiento de Fuerza Patria y apuntó a factores externos e internos para explicar el revés. “Fue una buena elección. No produjo pérdida de votos el desdoblamiento. Ganamos en septiembre y ahora perdimos por medio punto”, sostuvo.
Con tono desafiante, Kicillof también aprovechó para enviar mensajes hacia adentro del peronismo, en medio de una danza de reproches que no cesa desde el domingo. “Tenemos que reconstruir la fuerza política y ampliar. Hay que aprender de lo que pasó con el gobierno anterior, elegido por Cristina, que no pudo reordenarse”, lanzó, en una crítica indirecta a Alberto Fernández y a la conducción política que dejó fracturado al espacio.
En ese sentido, el mandatario defendió su estrategia electoral. “Desdoblar no produjo pérdida de votos. Desde el retorno de la democracia es el mejor resultado del peronismo en una elección legislativa provincial”, aseguró, aunque el oficialismo bonaerense perdió por un margen de 0,5% frente a La Libertad Avanza (LLA).
Kicillof buscó mostrarse optimista: “En la Argentina las intermedias no son medida de lo que puede pasar después. Macri ganó en 2017 y después terminó perdiendo”. Sin embargo, reconoció que el panorama económico es adverso: “Tenemos que seguir atendiendo la emergencia alimentaria y sanitaria, y ofrecer a la sociedad algo interesante, atractivo y novedoso”, advirtió.
Pero el gobernador no se limitó a la política local. También apuntó contra el acuerdo entre Javier Milei y Donald Trump, al que consideró “una intervención abierta de Estados Unidos” en la política argentina. “El Tesoro norteamericano vendió dólares para sostener el tipo de cambio antes de las elecciones. Eso está fuera de todos los manuales”, denunció, y agregó: “Milei salvó las papas en lo financiero para llegar a la elección, pero ahora trae reformas nefastas”.
Con la derrota todavía fresca, Kicillof busca mantener liderazgo dentro del peronismo bonaerense y proyectarse hacia 2027. Pero su intento por instalar la idea de que el desdoblamiento fue un acierto deja a la vista otra batalla: la interna que divide al justicialismo, más viva que nunca tras el resultado en Buenos Aires.