Malta, el país más pequeño de la Unión Europea, atraviesa una de las crisis demográficas más graves del continente. Con una tasa de fertilidad de apenas 1,06 hijos por mujer, la más baja entre los Estados miembros, el gobierno decidió actuar con una medida inédita: exenciones impositivas para los padres de dos o más hijos.
A partir de 2026, los matrimonios o parejas con al menos dos hijos quedarán exentos del impuesto sobre la renta en los primeros 18.500 euros anuales de ingresos por cada adulto, y ese umbral se elevará progresivamente hasta 30.000 euros en 2028. Es decir, ambos padres podrán beneficiarse del alivio fiscal, lo que en conjunto representa una reducción significativa de la carga tributaria familiar. La medida se aplicará mientras los hijos tengan hasta 23 años y forma parte de un plan más amplio para revertir el envejecimiento poblacional.

Según el ministro de Finanzas, Clyde Caruana, “el mayor desafío que enfrenta Malta no es económico, sino demográfico”. El país cuenta con unos 406.000 ciudadanos nativos, de los cuales el 24 % supera los 65 años, y una densidad poblacional que roza las 1.700 personas por kilómetro cuadrado. Sin políticas de estímulo, advierten los expertos, la población activa podría reducirse drásticamente en las próximas décadas, presionando el sistema de pensiones y de salud.
Incluso la Iglesia local se pronunció sobre el tema: el arzobispo Charles Scicluna advirtió recientemente que, de continuar esta tendencia, “la nación se enfrenta a una extinción cultural y étnica”.

El programa de alivio fiscal forma parte del presupuesto nacional 2026, que proyecta un crecimiento del PIB del 4,1 % y una deuda controlada en torno al 47 %. Con ello, el gobierno busca crear condiciones favorables para que las familias maltesas puedan tener más hijos sin que el costo de vida sea una barrera.
El desafío de Malta no es aislado. Italia, por ejemplo, enfrenta desde hace años un fenómeno similar: su tasa de natalidad ronda 1,2 hijos por mujer, y su población envejece rápidamente. El gobierno italiano implementó bonificaciones para madres con varios hijos, aumento de licencias parentales pagas y beneficios para el cuidado infantil, aunque los resultados todavía son limitados.
Por su parte, Polonia anunció una política comparable: desde 2026 eximirá del impuesto sobre la renta a los padres con dos o más hijos, buscando aliviar los gastos familiares y promover la natalidad.

En ambos casos, los gobiernos reconocen que los incentivos fiscales por sí solos no bastan: hacen falta políticas integrales que incluyan vivienda accesible, estabilidad laboral y sistemas de cuidado infantil eficaces.
La baja natalidad es uno de los mayores problemas estructurales de Europa. En 2022, la tasa media de fecundidad en la Unión Europea fue de 1,46 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional. En el sur del continente -Italia, España, Grecia y Malta-, la tendencia es aún más pronunciada.
Malta se convierte así en un laboratorio demográfico para el continente: un país que, con menos de medio millón de habitantes y una economía sólida, apuesta por premiar fiscalmente a las familias nativas como vía para asegurar su futuro. Si la estrategia funciona, podría inspirar a otros países europeos a seguir el mismo camino.