29/10/2025 - Edición Nº995

Internacionales

Contratos opacos

Adán Augusto y los millones para amigos: el escándalo que sacude a Morena

28/10/2025 | Durante su mandato en Tabasco, el exgobernador adjudicó 592 millones de pesos a compañías de amigos y clientes, despertando sospechas de corrupción.



El nombre de Adán Augusto López Hernández vuelve al centro de la controversia tras una investigación que revela la adjudicación de 592 millones de pesos en contratos públicos a empresas con vínculos personales y profesionales con su notaria en Tabasco. Entre 2019 y 2021, cuando fue gobernador del estado, estas firmas recibieron parte de las licitaciones más cuantiosas del periodo, incluidas obras de infraestructura emblemáticas para la capital Villahermosa.

La empresa más beneficiada, Constructora Santandreu, pertenece a Manuel Santandreu, amigo de la infancia del exgobernador, y acumuló contratos por más de 477 millones de pesos. Otra compañía, CM del Golfo, también cliente habitual de la notaria familiar de López Hernández, obtuvo otros 115 millones, completando un esquema de adjudicaciones que, según analistas en transparencia, presenta signos de conflicto de intereses y colusión.

Red de poder y discrecionalidad

La investigación de El País documenta que las licitaciones de la Secretaría de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas descalificaron sistemáticamente a competidores sin explicación pública. De 16 propuestas iniciales, solo Santandreu y CM del Golfo resultaron "solventes". Firmas con experiencia, como Constructora Gaype o Grupo Industrial Rubio, fueron rechazadas sin argumentos técnicos verificables. Además, el costo final del distribuidor vial de avenida Universidad, obra estrella del sexenio, se disparó un 20% por encima del presupuesto original, llegando a casi 670 millones de pesos.

A esto se suma la participación directa de las notarías 13 y 27, administradas por los hermanos López Hernández, en trámites societarios de las mismas empresas favorecidas. Los documentos notariales revelan un entramado de relaciones personales y económicas que contradice el principio de imparcialidad en la administración pública. El hermetismo con que se manejó la información, ahora clasificada por cinco años, refuerza las dudas sobre la transparencia del proceso.

Consecuencias políticas inmediatas

Las revelaciones golpean directamente la imagen del actual senador de Morena y uno de los hombres más cercanos al expresidente Andrés Manuel López Obrador. Aunque no enfrenta cargos judiciales, el caso erosiona su credibilidad y amenaza con truncar sus aspiraciones dentro del oficialismo. Voces internas admiten que el escándalo complica su papel como operador político y reduce su margen de influencia en la sucesión partidaria.

En Tabasco, el episodio se inserta en un contexto de tramas de poder entre funcionarios, contratistas y notarios, un modelo que reproduce prácticas clientelares y erosiona los mecanismos de fiscalización. La probabilidad de que las investigaciones prosperen es baja, dada la estructura política que protege a los implicados y la debilidad institucional en materia anticorrupción.

El costo de la impunidad

El caso de Adán Augusto simboliza una de las formas más persistentes de corrupción en México: la captura del Estado a través de redes personales. La falta de competencia real, el encubrimiento documental y la ausencia de sanciones efectivas consolidan un sistema en el que la obra pública sirve como botín político. Es previsible que estas prácticas continúen mientras no existan reformas estructurales.

A largo plazo, la percepción de impunidad daña la confianza ciudadana y el equilibrio institucional. Tabasco se convierte en espejo de un fenómeno nacional: la mezcla entre amiguismo, discrecionalidad y falta de rendición de cuentas que deteriora la gobernabilidad democrática. Si no hay consecuencias concretas, el legado de este caso será el de otro capítulo impune en la historia política reciente del país.