30/10/2025 - Edición Nº996

Internacionales

Violencia urbana

Río de Janeiro vive su día más sangriento: el Estado enfrenta al Comando Vermelho

28/10/2025 | Un megaoperativo policial dejó más de 60 muertos en las favelas de Alemão y Penha. Las autoridades hablan de una guerra abierta contra el crimen organizado.



Río de Janeiro amaneció este martes bajo fuego cruzado. Miles de agentes de la Policía Civil y Militar desplegaron un operativo masivo en los complejos de favelas de Alemão y Penha, en el norte de la ciudad, en un intento por desarticular las redes del Comando Vermelho, la organización criminal más poderosa de Brasil. La jornada, que se extendió por más de doce horas, dejó al menos 64 muertos y decenas de detenidos, en lo que las autoridades ya califican como la operación más letal en la historia reciente de Río.

Los enfrentamientos comenzaron de madrugada, cuando helicópteros policiales y vehículos blindados ingresaron a las zonas controladas por la facción. Testigos reportaron intensos tiroteos, incendios de vehículos y ataques con granadas, mientras grupos criminales levantaban barricadas para frenar el avance de las fuerzas del orden. El gobernador Cláudio Castro declaró que la ciudad enfrenta una “guerra contra el narco-terrorismo”, y aseguró que el operativo continuará “hasta recuperar el control total de los territorios”.

Favelas bajo asedio

El Comando Vermelho controla amplias áreas del norte de Río y mantiene una red de tráfico de drogas y armas con ramificaciones internacionales. Su presencia ha convertido a los complejos de Penha y Alemão en escenarios permanentes de violencia. Las operaciones policiales, frecuentes desde hace años, suelen derivar en tiroteos masivos y denuncias por violaciones de derechos humanos. En esta ocasión, organizaciones civiles acusan al Estado de usar “estrategias de guerra” en zonas densamente pobladas, poniendo en riesgo a miles de familias.

El gobierno federal, encabezado por Luiz Inácio Lula da Silva, fue criticado por no autorizar el despliegue de fuerzas militares, optando por dejar la conducción a las autoridades estatales. Mientras tanto, la Defensoría Pública de Ríosolicitó la presencia de observadores independientes para documentar posibles abusos. En redes sociales, las imágenes de los incendios y las columnas de humo sobre la ciudad se viralizaron rápidamente, alimentando una sensación de caos urbano.

Una estrategia de alto costo político

El operativo busca demostrar fuerza ante el avance del crimen organizado, pero advierten que la represión sin un plan social integral es insostenible. Río arrastra décadas de desigualdad estructural, donde el Estado suele aparecer solo a través de la policía. La probabilidad de que la operación debilite al Comando Vermelho en el corto plazo ronda el 50%, pero el riesgo de nuevas represalias y escaladas de violencia supera el 60%. La línea entre la seguridad y la militarización del espacio urbano se vuelve cada vez más difusa.

El episodio también pone a prueba la relación entre el gobierno de Lula y los gobernadores estaduales, en un momento en que la inseguridad se consolida como uno de los principales temas de la agenda nacional. Si la violencia continúa, el oficialismo enfrentará presión política para ampliar su estrategia de seguridad o ceder parte del control operativo al Ejército.

El precio de la paz en Río

La crisis de Río de Janeiro refleja el desafío de las democracias latinoamericanas ante el poder territorial del crimen organizado. Cada operativo, por más exitoso que parezca, deja detrás un saldo social devastador. En los barrios donde los niños crecen al sonido de las balas, la paz no se construye solo con armas: exige educación, inversión y presencia estatal sostenida. Si el Estado no logra consolidar su autoridad más allá de la represión, el círculo de violencia continuará alimentando el poder del narcotráfico.

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