Hace 39 años, el ansiado sueño de la Copa Libertadores se hacía realidad. El estadio Monumental, con más de 80 mil almas, recibía al duro América de Cali de Colombia. El marcador final de aquella histórica revancha fue 1 a 0 a favor del "Millonario", con un gol de un delantero que se convertiría en leyenda: Juan Gilberto Funes. Con su potencia y olfato goleador, fue clave en la serie, ya que también había anotado en el partido de ida disputado en Cali. Ese primer encuentro, jugado en el Pascual Guerrero, había terminado 2 a 1 para River, gracias a los tantos del mencionado Funes y del prócer riverplatense, el inigualable Norberto Alonso.
La victoria en la final de la Libertadores fue solo el inicio de una racha gloriosa para ese equipo. Meses después, el conjunto dirigido por el "Bambino" Veira alcanzaría la cima del mundo al conquistar la Copa Intercontinental. La Intercontinental se ganó ante el Steaua de Bucarest de Rumania, equipo que venía de sorprender a Europa al derrotar al Barcelona y adjudicarse la Copa de Campeones.

La Copa Libertadores de 1986 se disputó con un formato radicalmente diferente al actual, lejos de los 32 equipos y la eliminación directa que hoy conocemos. En aquella edición, participaron 19 equipos de 9 países (solo faltaron los venezolanos), y la primera fase se dividió en 5 grupos de cuatro. El campeón vigente recién se sumaba en la segunda etapa del certamen. River formó parte del Grupo 1, una zona caliente junto a Montevideo Wanderers, Boca Juniors y Peñarol de Uruguay.
La fase inicial fue un verdadero monólogo del equipo de Veira, que demostró su jerarquía al obtener cinco triunfos y un solo empate, clasificándose sin mayores sobresaltos. Dentro de esa gran actuación se destacaron los resultados ante el eterno rival: un empate 1 a 1 en La Bombonera y una victoria 1 a 0 en el Monumental en los Superclásicos. Una vez clasificado, el "Más Grande" compartió la segunda fase -dos grupos de tres equipos- con Argentinos Juniors y Barcelona de Guayaquil.

La columna vertebral de aquel equipo inolvidable se recita de memoria: Gordillo, Gallego, Pumpido, Ruggeri, Gutiérrez, Montenegro (arriba), Alzamendi, Enrique, Funes, Alonso y Alfaro (abajo), la formación de la final. La zona de la segunda fase fue sumamente pareja y obligó a River y al "Bicho" de La Paternal a disputar un partido desempate, dado que terminaron con igualdad de puntos.
El reglamento de la época establecía que debía haber un encuentro extra, y solo en caso de un nuevo empate se consideraría la diferencia de gol, que era favorable a los de Núñez. El desempate entre el "Millonario" y Argentinos Juniors terminó 0 a 0 en el estadio de Vélez Sarsfield, lo que permitió al equipo del "Bambino" acceder a la definición ante el América de Cali.
La gran final comenzó en el estadio Pascual Guerrero de Cali, donde River se encontró con viejos conocidos del fútbol argentino como el arquero Julio César Falcioni, el mediocampista Carlos Ischia y el ex-River Ricardo Gareca en la ofensiva. El de River era un verdadero "equipazo", con la presencia de los recientes campeones del mundo en México '86: Nery Pumpido, Oscar Ruggeri y Héctor Enrique, sumados a los campeones de 1978, Américo Gallego y Norberto Alonso.

En la ida, el 2 a 1 a favor del "Millonario" se construyó con un "bombazo" de Funes al primer palo a los 22 minutos, tras una gran maniobra individual, y un certero zurdazo del "Beto" Alonso a los 25. Aunque Roberto Cabañas descontó para los colombianos, la ventaja era riverplatense. La revancha, el 29 de octubre, fue la gran fiesta. River ya había llegado a la final en 1966 (ante Peñarol) y en 1976 (contra Cruzeiro), perdiendo en ambas ocasiones, lo que aumentaba la ansiedad y el deseo de la primera.
Contra el América no quedaron dudas: el equipo fue superior y se quedó con el título más anhelado hasta ese momento. El gol del “Bufalo” se gritó desde Ushuaia hasta la Quiaca y es recordado hasta el día de la fecha como uno de los momentos más emblemáticos de la historia riverplatense.