06/11/2025 - Edición Nº1003

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Cumpliría 65 años

Maradona y Boca: un solo trofeo pero un amor eterno

30/10/2025 | La historia de Diego y el Xeneize trasciende lo futbolístico. El 10 dejó una huella imborrable en los hinchas.



Un día como hoy, pero de 1960, nació Diego Armando Maradona en el Hospital Evita de Lanús. El primer hijo varón de Don Diego y Doña Tota (antes tuvieron tres mujeres) es un símbolo para el pueblo argentino, seas del club que seas.

En Boca en particular, la relación con Diego va más allá de lo futbolístico ya que si vamos a los números, el 10 está por detrás de una gran cantidad de jugadores en cuanto a goles, partidos y títulos.

Diego y su clásica imagen en La Bombonera.

Maradona se encargó toda su carrera de dejar en claro su fanatismo por el Xeneize. Desde su llegada diciéndole que no a River, hasta aquel último partido en el Monumental con victoria incluida y festejo con la gente.

El paso de Diego por Boca

Tras cinco temporadas en Argentinos Juniors, el momento de ser vendido había llegado para Maradona. Todo indicaba que sería jugador del Barcelona, sin embargo, tenía el cupo de extranjeros completo. Además, AFA había dispuesto que ningún jugador de la Selección Argentina se iría del país antes del Mundial 1982.

Ante esta situación, Josep María Minguella, representante de jugadores muy ligado al conjunto catalán, recibe la orden de llevarlo a un club grande antes de que pueda emigrar. “En Argentina solo juega en River”, fue la orden del contraalmirante Carlos Lacoste.

La presión del gobierno militar no alcanzó y Diego se convirtió en nuevo jugador de Boca. “Yo a River no voy por nada en el mundo”, afirmaría años después.

Diego Armando Maradona llega a Boca en febrero de 1981 desde Argentinos Juniors por 2.5 millones de dólares a préstamo hasta el final del Mundial 1982. Además, la transferencia incluyó el pase definitivo de cuatro jugadores y el pago de las deudas que tenía el “Bicho” con AFA (400 mil dólares) y el Banco San Miguel (1.1 millones de dólares).

Su debut fue el 20 de febrero en un amistoso en La Bombonera contra su exclub (la recaudación de aquel partido se iría a La Paternal). Jugó el primer tiempo para Argentinos y el segundo para Boca, marcando un gol de penal.

Dos días después, llega el debut oficial, donde le hace dos goles de penal a Talleres. Aquel Torneo Metropolitano jugó 28 de los 34 partidos y fue el máximo goleador con 16 tantos. Sin duda alguna, su gol más recordado es el que le hace a River en la goleada 3 a 0, desparramando al histórico Ubaldo Matildo Fillol.

Tras una larga pelea con Ferro, el título queda en manos del Xeneize, siendo este el único de Maradona en el club. El segundo certamen del año fue el Torneo Nacional, donde cayó ante Vélez en cuartos de final.

Mantener a Diego y su alto contrato dolarizado era muy difícil, por lo que durante su estadía en el club jugó casi 30 partidos amistosos en menos de un año, incluyendo giras por el interior del país y viajes al exterior. Brasil, Estados Unidos, Costa de Marfil, Hong Kong, México, Guatemala, Perú, Italia, España, Francia y Ecuador, fueron algunos de los destinos.

En 1982, con seis meses de contrato vigente, Maradona solo jugó amistosos en enero y febrero y luego se preparó para la Copa del Mundo con la selección argentina. El primer ciclo del 10 en Boca había llegado a su fin.

En 1992, Diego tuvo una visita fugaz a La Bombonera con su nuevo club, el Sevilla de España. Aquella tarde se dio el lujo de jugar el segundo tiempo para Boca y marcar un gol de penal.

Su vuelta definitiva al club de sus amores se daría tres años después, un 7 de octubre de 1995 en la victoria 1 a 0 ante Colón en La Bombonera. Al partido siguiente, Diego le hizo un golazo de tiro libre a Argentinos Juniors. Aquel Torneo Apertura se escapa de forma increíble en las últimas fechas.

Para 1996, llega Carlos Bilardo y Boca estaría en la lucha durante gran parte del Torneo Clausura, aunque nuevamente se quedaría en el camino. Maradona quedó marcado por una racha insólita de cinco penales consecutivos errados. El consuelo para esa época fue la goleada 4 a 1 ante River como local.

Para el segundo semestre, Diego no siguió jugando. La irregularidad del Xeneize y su lucha personal contra las adicciones lo alejaron de las canchas durante casi un año, cuando se dio su última vuelta.

"Espero que esta vuelta sea la definitiva, la mejor y la última. Voy a dejar todo en la cancha", confesó Maradona en abril de 1997 cuando se preparaba con el exvelocista Ben Johnson para volver a jugar.

El 9 de julio, en un amistoso ante Newell’s, volvió a jugar al fútbol y marcó un golazo de tiro libre. Cuatro días más tarde, participó en dos de los tres goles en la victoria 3 a 2 ante Racing por el Clausura.

Este “The Last Dance” del segundo semestre de 1997 fue corto. Jugó cinco partidos por el Torneo Apertura y uno por la Supercopa. El final llegó un 25 de octubre en el Monumental. Para aquel partido, Diego llegó con un mes de inactividad y con muchas ausencias a los entrenamientos.

Sin embargo, en un esfuerzo inmenso, jugó 45 minutos y fue reemplazado por Juan Román Riquelme. Aquella tarde quedará en el recuerdo, no tanto por lo que hizo dentro de la cancha, pero sí por su emocionante arenga y los festejos con la gente de Boca tras la victoria.

Entre las tres etapas, los números fríos marcan que Maradona jugó 71 partidos, marcó 35 goles y ganó un título. Esos números no son exorbitantes, pero poco importa para el hincha de Boca que lo recuerda con tanto cariño.

Diego no es solo recordado por sus goles, sino por acompañar al equipo desde su palco en La Bombonera en infinidad de ocasiones. Son muchos los goles históricos de Boca en los que es enfocado en los festejos.

Diego es recordado en Boca por ser Diego. Por alzar la bandera del club en cada momento que pudo. Es un símbolo que tiene su merecida estatua y que estará en los corazones Xeneizes eternamente.