El triunfo aplastante de Luis Petri en Mendoza, con una diferencia de casi 30 puntos sobre el peronismo, agitó la interna del oficialismo provincial. Pese al resultado histórico, el gobernador Alfredo Cornejo no lo tiene como su preferido para la sucesión de 2027 y ya impulsa otras alternativas dentro del radicalismo.
Petri, que compitió bajo el sello de La Libertad Avanza, se impuso con el 53% de los votos frente al 25% del frente peronista. Sin embargo, en el entorno de Cornejo aseguran que el armado territorial y la estructura de la UCR fueron claves en el resultado. “Fue el más importante del país, lo que marca claramente el aporte de Cornejo”, afirman en el oficialismo.
El ministro de Defensa, que se había sumado al proyecto libertario tras acompañar a Patricia Bullrich en la fórmula presidencial, no cayó bien en los sectores más tradicionales del radicalismo mendocino. “Al cambiarse de partido, generó cierta molestia”, admiten cerca del gobernador, que considera prioritario mantener la continuidad de su modelo político dentro de la UCR.
Entre los nombres que evalúa Cornejo aparecen dos de sus ministros: Natalio Mema, a cargo de Gobierno, Infraestructura y Desarrollo Territorial, y Rodolfo Montero, ministro de Salud y Deportes. Ambos gozan de su confianza y son vistos como cuadros técnicos con proyección para sucederlo.
También suena el intendente de la capital, Ulpiano Suárez, sobrino del exgobernador Rodolfo Suárez, que ya se anotó en la carrera por la sucesión. Sin embargo, los radicales recuerdan que no es lo mismo una elección nacional que una provincial, y que el aparato del gobernador será decisivo en los comicios locales.
Por ahora, Petri disfruta del impulso político que le dio su victoria, pero sabe que la definición del 2027 dependerá de Cornejo, el verdadero arquitecto del poder en Mendoza. En la UCR provincial lo resumen sin vueltas: “Ganar una elección no te convierte en el elegido del jefe”.