 
				 
																					El encuentro, previsto para las 15 horas, será presentado oficialmente como una “reunión de trabajo”, pero en los hechos funcionará como una instancia clave para contener a los jefes comunales que reclaman romper con el espacio liderado por Máximo Kirchner y rediscutir la conducción del peronismo bonaerense.
“Les tendrían que haber dado más lugares expectantes para arrastrar y movilizar”, deslizaron desde el entorno de algunos intendentes, en referencia a la escasa participación del sector en las listas legislativas. En ese marco, varios dirigentes plantean la necesidad de “romper el estilo gurka” y diferenciarse del kirchnerismo duro.
Desde el entorno de Kicillof, sin embargo, descartan una ruptura y aseguran que el gobernador apostará a ordenar la interna y poner el foco en la gestión. “La demanda social se va a seguir profundizando y debemos buscar respuestas entre todos”, remarcaron fuentes del kicillofismo.
En tanto, desde La Cámpora niegan la existencia de una fractura y admiten que “habrá reproches y autocríticas, pero no tiene sentido romper”.
El Frente Renovador, por su parte, intentó mantenerse al margen de la disputa. “Somos independientes de esa interna”, aseguraron cerca de Sergio Massa, quien se encuentra de viaje en el exterior.
El telón de fondo de esta reunión es el futuro del PJ bonaerense, que conduce Máximo Kirchner. Sin consenso para un recambio, el espacio evalúa prorrogar sus autoridades en diciembre, mientras crece el debate sobre la renovación del liderazgo peronista.
En este contexto, Kicillof intentará mantener el equilibrio entre los distintos sectores del oficialismo y reconstruir una narrativa común. Como resumió un dirigente del PJ: “Hoy ofrecemos nostalgia y pelea interna. Tenemos que volver a hablarle a la gente, sin perder el perfil opositor”.
ND