El paso del cometa 3I/ATLAS por el sistema solar está generando gran interés entre astrónomos y aficionados. Se trata de un fenómeno excepcional: este objeto no pertenece a nuestro sistema solar, sino que llega desde el espacio interestelar, convirtiéndose en uno de los pocos visitantes de ese tipo registrados por la ciencia.

El astrónomo Guillermo Goldes (foto abajo), de la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (FAMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba, explicó que los cometas son “cuerpos pequeños, en comparación con los planetas, que vagan por el espacio y están compuestos principalmente por hielo. Cuando se acercan al Sol o a alguna otra estrella, ese hielo se vaporiza y desarrolla una cola que los hace visibles”, detalló en diálogo con Telefe Córdoba. “La mayor parte del tiempo, al ser tan pequeños, permanecen invisibles para nosotros”, añadió.
Goldes precisó que el nombre “ATLAS” corresponde al Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System, una red internacional de telescopios dedicada a la detección temprana de posibles amenazas espaciales, como asteroides o cuerpos que podrían colisionar con la Tierra. “Es un sistema de alerta ante impactos terrestres, encargado de monitorear objetos que puedan representar un riesgo futuro”, explicó.

A diferencia de la mayoría de los cometas que se originan en las regiones más alejadas del sistema solar, el 3I/ATLAS proviene del espacio interestelar. “El ‘3I’ significa que es el tercer cuerpo detectado que viene del exterior del sistema solar”, señaló el astrónomo. Los anteriores fueron ʻOumuamua (2017) y Borisov (2019).
Su procedencia fue confirmada por su alta velocidad, estimada en unos 200 mil kilómetros por hora, y por su trayectoria “retrógrada”, es decir, en sentido contrario al movimiento general de los planetas y otros objetos del sistema solar. “La mayoría de los cuerpos giran en el mismo plano y dirección. Este, en cambio, viene de afuera y penetra en contra de ese giro”, detalló por último Goldes.
