La ganadería argentina atraviesa un escenario con viento a favor, a partir de una serie de variables vinculadas a la oferta y demanda, que traccionan los precios internacionales. Esto se refleja en la mayor intención por parte de los productores en sumar genética a sus rodeos.
De acuerdo a la Secretaría de Agricultura, entre agosto y octubre de este año, los remates de reproductores reflejaron una mayor actividad, con un incremento del 15% en la cantidad de toros vendidos respecto al mismo período de 2024.
“Esta mejora se acompañó de una suba de 46% en los precios en pesos y de 24% en dólares, lo que demuestra el renovado interés de los productores por invertir en genética”, agregaron.
Desde la cartera agropecuaria consideraron que esta tendencia “responde al interés de los criadores y productores por mejorar la eficiencia y la calidad genética de sus rodeos, en un contexto de mayor estabilidad climática y mejores perspectivas forrajeras”.
En este punto, remarcaron que “a diferencia de años anteriores, la mejora de precios no solo refleja un ajuste inflacionario, sino también una recuperación real del valor de los reproductores, acompañada por un clima de confianza en el sector”.
Crece un 15% la venta de toros reproductores para mejorar la genética. Además, los precios subieron 46% en pesos y 24% en dólares, reflejando el renovado interés del sector por invertir en genética y productividad.
— Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (@agriculturaar) October 31, 2025
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La ganadería argentina atraviesa un nuevo ciclo positivo, com precios internacionales firmes, negociaciones para la ampliación de nuevos mercados para fin de año, quita temporal de retenciones y un mercado interno en recuperación.
Esa coyuntura favorable abre un abanico de posibilidades, aunque se encuentra con limitaciones estructurales. Entre ellas, una oferta que no creció en los últimos años y dificultades de créditos accesibles para los productores que impiden la retención de vientres.
En este punto, los ganaderos buscan sumar inversiones para tratar de cumplir con algunas de las asignaturas pendientes de la actividad, entre ellos la mejora de índices productivos como porcentajes de preñez y destetes. Si estas variables crecen, se puede aumentar la producción de carne sin necesariamente incrementar el stock vacuno.