El número de femicidios en Argentina volvió a mostrar la magnitud de la violencia extrema contra mujeres y diversidades. Entre el 1 de enero y el 30 de octubre de 2025 se contabilizaron 211 víctimas, lo que implica que una mujer es asesinada cada 34 horas en el país, de acuerdo al Registro Nacional de Femicidios elaborado junto al Observatorio MuMaLá.
El informe no sólo abarca femicidios directos, sino también femicidios vinculados, travesticidios, lesbicidios, feminicidios por narcotráfico y crimen organizado, suicidios feminicidas y otras muertes violentas. Del total, 164 fueron femicidios directos, 2 vinculados de niñas o mujeres, 16 vinculados de niños o varones, 1 lesbicidio, 3 travesticidios, 18 feminicidios en contexto narco o mafioso y 7 suicidios feminicidas. A su vez, se registraron 855 intentos de femicidio.
Las consecuencias del fenómeno son devastadoras para cientos de familias. Según el documento, 142 niños, niñas y adolescentes quedaron sin madre como resultado de estos crímenes.
La vivienda continúa siendo el lugar más peligroso para las víctimas: el 65% de los femicidios ocurrió en el hogar de la víctima o en uno compartido con el agresor, mientras que el 11% tuvo lugar en la vía pública, otro 11% en la vivienda del victimario, y el 5% en descampados.
Respecto a los responsables, más de la mitad fueron parejas o ex parejas, mientras que un 18% correspondió a familiares. En menor proporción, los casos fueron cometidos por otros conocidos, y el porcentaje más bajo correspondió a desconocidos, sicarios o bandas criminales vinculadas al crimen organizado.
La edad promedio de las víctimas fue de 41 años, pero el informe también da cuenta de la vulnerabilidad en los extremos etarios: 17 de las asesinadas eran niñas o adolescentes, y 31 tenían 60 años o más.
El registro subraya además las fallas en los mecanismos de protección del Estado. El 14% de las víctimas había denunciado previamente a su agresor y, de ellas, sólo la mitad contaba con una orden de restricción o perimetral. Dentro de ese grupo, el 28% tenía botón antipánico al momento del ataque.
Por provincias, el impacto también evidencia disparidades significativas. Buenos Aires, Jujuy, La Rioja, Río Negro y Tierra del Fuego registraron una víctima cada mil mujeres, mientras que Chaco y Río Negro alcanzaron una tasa de 1,4 por mil, Misiones 1,5 y Santa Cruz 1,8, las más altas del país.