El Gobierno de Ucrania denunció que Rusia ha utilizado el misil de crucero 9M729, también conocido como SSC‑8, en ataques recientes dentro de su territorio. Este sistema de armas, con capacidad para portar ojivas nucleares o convencionales, fue objeto de controversia internacional y motivo de la salida de Estados Unidos del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) durante la administración de Donald Trump en 2019.
Según el Ministerio de Defensa ucraniano, se habrían identificado al menos 23 lanzamientos del 9M729 desde agosto, algunos de ellos a más de 600 kilómetros de distancia. Expertos occidentales analizaron fragmentos del misil recuperados tras un ataque ocurrido el 5 de octubre y confirmaron que corresponden a este modelo, desarrollado por Moscú para sortear las restricciones del antiguo tratado.
El misil 9M729 posee un alcance estimado de 2.500 kilómetros y puede ser disparado desde lanzadores móviles, lo que le otorga alta capacidad de maniobra. Para los analistas, su uso en Ucrania representa un cambio significativo en la naturaleza del conflicto, pues introduce en el campo de batalla un armamento antes restringido por acuerdos internacionales. Rusia no ha confirmado oficialmente el uso de este sistema, aunque medios estatales han celebrado su precisión y efectividad.
La controversia resurge seis años después de que Washington abandonara el INF, acusando a Moscú de violarlo mediante el desarrollo de este mismo misil. La decisión de Trump marcó el colapso de uno de los pilares del control de armas de la Guerra Fría y abrió la puerta a una nueva carrera tecnológica entre potencias.
🚨 ALERT: Ukraine’s Foreign Minister Andriy Sybiha has confirmed that Russia has deployed the 9M729 missile, a nuclear-capable weapon.
— Defence Index (@Defence_Index) October 31, 2025
This missile, responsible for the U.S. withdrawal from the INF Treaty in 2019, reportedly has a 1,200 km range, sparking Western concerns over… pic.twitter.com/v0U7vYkHAl
Kiev considera que la aparición del 9M729 demuestra la necesidad de reforzar la defensa aérea y la cooperación con Occidente, mientras que la OTAN evalúa el posible impacto en la seguridad europea. La reintroducción de misiles de medio alcance en un conflicto activo genera inquietud en Bruselas y en los países bálticos, que temen un deterioro adicional del equilibrio estratégico.
Por ahora, los expertos estiman que el uso del 9M729 tiene fines disuasivos más que nucleares. Sin embargo, su despliegue vuelve a poner en primer plano la urgencia de un nuevo marco internacional para limitar la proliferación de armas de alcance intermedio.