Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los productores agrícolas argentinos invirtieron un total de USD 13.821 millones para la campaña de granos 2024/25. De ese monto, el 30% provino de capital propio y el 70% restante fue financiado con recursos externos.
De este financiamiento externo que el campo tomó para cumplir sus compromisos, el 66% provino del sector comercial y el 34% del sistema bancario y del mercado de capitales.
Cada año, los productores agrícolas realizan fuertes desembolsos de capital para iniciar las tareas de siembra, que incluyen la compra de semillas, fertilizantes, agroquímicos y la contratación de labores de siembra y pulverización. Estas inversiones se realizan varios meses antes de la cosecha, por lo que el acceso al crédito cumple un rol clave en el funcionamiento del sistema productivo.
El informe de la BCR se elaboró a partir de datos estadísticos y entrevistas con distintos actores del sector, con el objetivo de estimar los principales canales de financiamiento utilizados durante la campaña agrícola 2024/25.
Del total financiado por terceros (US$ 9.675 M) en la campaña 2024/25, el 66% (US$ 6.350 M) provino del crédito comercial (acopios, cooperativas, proveedores, etc.). El 34% restante (US$ 3.325 M) se canalizó vía Bancos y el Mercado de Capitales.https://t.co/9x7kuUcykH pic.twitter.com/3sXVQo8nNx
— BCR Mercados (@BCRmercados) November 2, 2025
Los USD 13.821 millones de inversión directa incluyen los gastos vinculados a los cultivos de soja, maíz, trigo, sorgo, cebada y girasol. De ese total, se estima que USD 4.146 millones provinieron de recursos propios de los productores.
El financiamiento con capital de terceros, que representó cerca de USD 9.675 millones, se canalizó a través de distintas fuentes. Una parte se obtuvo mediante el sistema bancario y el Mercado Argentino de Valores (MAV), y otra parte a través de acuerdos dentro del circuito comercial con corredores, acopios, cooperativas, proveedores de insumos, traders y mutuales.
De acuerdo a la entidad rosarina, el 34% del financiamiento total, equivalente a unos USD 3.325 millones, se realizó a través de bancos y del MAV. Dentro de este segmento, se utilizaron distintos instrumentos financieros adaptados a la actividad agrícola.
Las tarjetas agro representaron el 7% del total del financiamiento bancario, por unos USD 219 millones. Estos instrumentos permiten a los productores comprar insumos y maquinaria al inicio del ciclo, con vencimientos ajustados a los tiempos de cosecha.
El descuento de cheques y pagarés explicó el 13% del total, con aproximadamente USD 433 millones. Este mecanismo permite a los productores adelantar fondos a partir de instrumentos de pago diferido emitidos por compradores o clientes.
Los créditos respaldados en contratos forwards representaron cerca del 7% del total, por unos USD 218 millones. En este caso, los bancos adelantan fondos a cuenta de futuras entregas de granos, recuperando el préstamo una vez concretada la operación comercial.
Los préstamos bullet, que se cancelan en un solo pago al vencimiento, concentraron el 21% del financiamiento bancario, por unos USD 682 millones. A su vez, los préstamos con garantías reales —hipotecarios y prendarios— representaron el 16% del total, equivalentes a USD 542 millones.
Los acuerdos en cuenta corriente explicaron el 6% del financiamiento bancario, por unos USD 209 millones, mientras que los préstamos para la compra de insumos representaron el 8%, por USD 251 millones. El resto del financiamiento, estimado en USD771 millones, se canalizó mediante pagarés, cheques diferidos y facturas de crédito electrónicas a través del MAV.
La mayor parte del financiamiento provino del crédito comercial, que representó el 66% del total de fondos aportados por terceros, equivalente a unos USD 6.350 millones. Estos préstamos son otorgados por acopios, cooperativas, corredores, proveedores de insumos, exportadores y mutuales.
Dentro de este segmento, el 55% —unos USD3.492 millones— correspondió a acuerdos con corredores, acopios y cooperativas, a través de cuentas corrientes en dólares, pagos en especie o cesión de contratos forwards.
El 40% del crédito comercial se vinculó a operaciones con proveedores de insumos y exportadores, principalmente en dólares. El restante 5% se habría realizado mediante mutuales, especialmente en localidades pequeñas.