En una charla tan didáctica como profunda, Pablo Cunsolo visitó El Living de NewsDigitales para hablar de un tema que atraviesa la vida cotidiana, las relaciones personales y el trabajo: la comunicación humana. Referente en neurocomunicación y educación emocional, Cunsolo explicó cómo el modo en que pensamos, sentimos y hablamos puede transformar nuestra realidad, construir vínculos o destruirlos.
Con más de dos décadas de trayectoria en conferencias, docencia y teatro, el especialista reflexionó sobre la necesidad de recuperar el valor de la palabra, entrenar las habilidades blandas que la escuela no enseña y aprender a usar la tecnología como aliada, no como sustituto de la emoción.
“Cuando venimos al mundo ya tenemos todas estas habilidades, pero el sistema educativo no las contempla -explicó-. Antes se aprendían en la universidad de la calle o en la familia. Hoy, gracias a la inteligencia emocional, el coaching y la programación neurolingüística, podemos incorporarlas sin trauma”.
Para Cunsolo, la urgencia es clara: “Los niños y jóvenes de hoy necesitan aprender qué son las emociones, para qué sirven y cómo gestionarlas. Hay adultos exitosos que no pueden disfrutar lo que tienen porque no saben manejar sus emociones”.
El especialista profundizó en el concepto de neurocomunicación, la aplicación de la neurociencia al acto de comunicar: “La palabra no es inocente. Cada palabra que escucho, leo o pienso es procesada por el cerebro y genera un efecto irreparable. Podés perdonar, pero no olvidar”.
Según Cunsolo, el lenguaje moldea la percepción y el resultado de nuestras relaciones: “Todo lo que conseguimos -o lo que no conseguimos- depende de cómo nos comunicamos. Los currículums dan entrevistas, pero la comunicación da trabajo”.
Y agregó una idea alentadora: “No existe alguien condenado a ser tímido o a hablar mal en público. Uno puede desaprender y volver a aprender. La oratoria es un arte: requiere teoría, técnica y práctica, como tocar un instrumento o actuar en un escenario”.
Cunsolo advirtió que, mientras la tecnología avanza, el ser humano involuciona emocionalmente: “Cada vez delegamos más a la tecnología y dejamos de estimularnos. La tecnología nos acerca a lo que está lejos, pero nos aleja de lo que está cerca”.
Alertó que este fenómeno provoca una generación más solitaria y desconectada: “Muchos creen estar acompañados por las redes, pero están solos. La tecnología no es culpable, es una herramienta: puede ser un hacha que corta ramas o que mata, depende de quién la use”.

Durante la entrevista, Cunsolo presentó su obra teatral “El Puente”, una comedia familiar que combina humor, neurociencia y reflexión.
“Después de 17 años dando conferencias y charlas, quise transformar ese conocimiento en algo más accesible. El Puente busca enseñar herramientas de comunicación a través del teatro y el humor. No es una charla ni un stand up: es una historia sobre construir muros o puentes con nuestras palabras.”
El mensaje de fondo, dice, es aprender a reírnos de nosotros mismos y entender que el conflicto no es enemigo, sino oportunidad: “En la diferencia nos encontramos. La comunicación es el puente que nos conecta”.
Hacia el final de la conversación, Cunsolo reflexionó sobre la pérdida de empatía y la grieta social: “Cada vez estamos más divididos y menos empáticos. Nadie está bien si los demás no lo están. La gente no se comunica ni como quiere ni como debe, se comunica como puede. Hay quienes con buenas intenciones se expresan mal y terminan en conflicto, y otros, con malas intenciones, comunican bien y obtienen poder.”
Y cerró con una observación que resume su pensamiento: “Vivimos en una sociedad donde hasta los dirigentes parecen comunicarse para confrontar, no para construir. Mientras prime la comunicación del ego, no habrá diálogo verdadero con la sociedad.”