La llegada de Manuel Adorni a la Jefatura de Gabinete generó ruido dentro y fuera del oficialismo. Electo legislador porteño por La Libertad Avanza, el exvocero presidencial decidió no asumir su banca y pasar directamente al Gabinete nacional. El movimiento despertó críticas por lo que algunos consideran una “candidatura testimonial”, pero Adorni buscó despegarse de esa etiqueta.
En una entrevista con Luis Majul, el funcionario defendió su accionar con un argumento moral y político. “Son un fraude los candidatos testimoniales. Son un fraude al electorado”, sostuvo, en un intento por diferenciarse de los casos en los que los postulantes nunca planean ocupar el cargo.
Para Adorni, su situación es distinta. “La testimonial es cuando ya sabés que no vas a asumir y que tenés un destino al que ir. Yo ya estaba trabajando para la Legislatura”, explicó, aunque el hecho de que su designación como ministro se haya concretado apenas días después de las elecciones contradice parcialmente esa afirmación.
El vocero devenido en jefe de Gabinete justificó su viraje apelando a la jerarquía política: “Ante el llamado del Presidente, uno se debe al Presidente. Yo siempre dije que iba a estar donde él me pida”. La frase buscó reforzar su lealtad a Javier Milei, pero reavivó críticas sobre el uso electoral de las candidaturas en el oficialismo libertario.
Desde la oposición porteña no tardaron en cuestionar la decisión, señalando que el movimiento priva a los votantes de La Libertad Avanza de la representación por la que optaron en las urnas. En la Legislatura ya se debate quién ocupará su lugar, mientras Adorni se acomoda al nuevo rol político y administrativo.
Antes de cerrar la entrevista, el funcionario aprovechó para lanzar un dardo hacia Axel Kicillof. “Me gustaría entrevistarlo para que explique cómo hacer para gastar dinero infinito sin tener los recursos”, ironizó, retomando su estilo confrontativo habitual.