El caso del abogado Jhonny Portorreal Reyes se ha convertido en uno de los episodios judiciales más insólitos de los últimos años en República Dominicana. Condenado a cinco años de prisión por estafa, Portorreal fue acusado de haber engañado a cientos de personas que aseguraban ser descendientes de la familia Rosario, prometiéndoles una herencia que alcanzaba la cifra irreal de 13 trillones de euros. El abogado cobró montos que oscilaban entre 15.000 y 24.000 pesos dominicanos a cambio de gestiones bancarias inexistentes.
A pesar de la condena y de las pruebas contundentes presentadas por el Ministerio Público, un grupo numeroso de miembros de la familia Rosario ha decidido mantener su respaldo a Portorreal. En una reunión realizada en Santiago de los Caballeros, proclamaron su confianza en su inocencia y lo ratificaron como su “representante legal único”. Esta decisión, que ha causado desconcierto entre la opinión pública, refleja la persistencia de la narrativa de una fortuna fantasma que nunca fue demostrada.
La situación ha generado una fractura dentro del extenso grupo familiar. Mientras una parte insiste en exigir los documentos que respalden la herencia, otra mantiene una fe casi religiosa en la palabra del abogado. Esta última facción, agrupada en la denominada Dirección Central Rosario, ha decidido continuar las gestiones legales e institucionales, convencida de que el dinero existe en bancos europeos. Ninguna de esas entidades ha confirmado la existencia de fondos o cuentas asociadas al apellido.
Los investigadores judiciales han descrito el caso como un título de manual sobre fraudes hereditarios, donde la esperanza de riqueza actúa como motor de manipulación. El expediente recoge más de 600 pruebas documentales y testimoniales que vinculan a Portorreal con una trama de captación de dinero bajo falsas promesas. Pese a ello, el eco de su discurso sigue resonando en comunidades rurales donde la falta de información alimenta la creencia de un tesoro bloqueado por bancos extranjeros.

El respaldo al abogado evidencia un fenómeno sociológico complejo: la persistencia de la fe por encima de la evidencia. En sociedades con altos niveles de desigualdad, la promesa de una herencia puede convertirse en una vía simbólica de reivindicación. Portorreal, aun tras las rejas, conserva un liderazgo basado en la narrativa del agravio y la esperanza de redención colectiva. Esta mezcla de desconfianza institucional y carisma personal le ha permitido sostener un apoyo minoritario pero firme.
El caso Rosario plantea un debate sobre los mecanismos de control y educación financiera en República Dominicana. La facilidad con que cientos de personas fueron inducidas a pagar por gestiones inexistentes demuestra la urgencia de fortalecer la alfabetización jurídica y la supervisión de los profesionales del derecho. A mediano plazo, este episodio será recordado no solo como un fraude, sino como una advertencia sobre los riesgos de la credulidad y el poder de la palabra en contextos de vulnerabilidad.