El Portland Timbers, uno de los clubes más emblemáticos de la MLS, la liga de fútbol de Estados Unidos y no solo destaca por sus resultados deportivos, sino también por una tradición que refleja su historia, su entorno y su pasión por la naturaleza.
Desde 1974, el equipo de Oregón supo fusionar su pasión por el fútbol con su identidad forestal, y cada gol en su estadio se celebra cortando un pedazo de tronco con una motosierra, una costumbre que hoy forma parte del espectáculo y la cultura local.
Desde su fundación en 1974, la franquicia ha convertido su celebración por los goles en un acto simbólico y único: cortar un pedazo de madera con una motosierra en el momento del festejo, y entregarlo al final del encuentro a un jugador como recuerdo.
La historia del “Timber Joey” comenzó en los años 70 con Timber Jim (Jim Serrill), un personaje que se convirtió en una leyenda de la historia del club. Él fue el impulsor de la iniciativa, que nació con la idea de representar la importancia de la industria maderera en la economía y cultura de Portland y el estado de Oregón.

La ciudad siempre ha tenido un fuerte vínculo con los bosques y la industria forestal, por lo que la asociación con un “equipo de leñadores” era natural. El primer paso de esta tradición fue en los partidos de la extinta North American Soccer League (NASL), en los que Portland fue uno de los principales equipos en la categoría.
Desde entonces, cada vez que los Timbers anotan un gol en su estadio, el “Timber Joe” enciende su motosierra y corta un pedazo de tronco en la portería norte, que es entregado como un símbolo de celebración y orgullo.
En 2008, tras la despedida de Timber Jim, quien dejó el puesto de mascota y de símbolo, su legado fue heredado por Joey Webber. Este nuevo “leñador” continuó con la costumbre, que hoy en día forma parte hasta del relato del apoyo y la pertenencia de los hinchas y jugadores en cada partido de la MLS. La pieza de madera, que puede variar en tamaño, es entregada al jugador que anotó, o en algunos casos, al arquero si no hubo goles.
En un país donde los deportes están llenos de rituales y costumbres —como el Día de Acción de Gracias en la NFL o los partidos navideños en la NBA—, el fútbol empieza a incorporar también sus propias tradiciones que refuerzan la identidad de los equipos, fortalecen la relación con su comunidad y también son buenas formas de impulsar el marketing.