Las encuestas presidenciales en Chile han dado un giro inesperado con el repunte de Johannes Kaiser, representante del Partido Nacional Libertario. En apenas dos meses, el diputado ha duplicado su intención de voto, pasando de un 8% a más del 15%, según los sondeos citados por El País. Su ascenso altera el equilibrio de una contienda que hasta hace poco se daba por dominada por la candidata de izquierda Jeannette Jara y el conservador José Antonio Kast. A menos de dos semanas de la votación, el escenario se muestra más fragmentado y volátil que nunca.
El crecimiento de Kaiser refleja un cambio en el electorado de derecha, que parece dividir su apoyo entre la figura tradicional de Kast y el discurso más radical del libertario. Mientras Jara conserva la delantera con alrededor del 28%, la disputa por el segundo lugar se ha vuelto incierta. Analistas apuntan a que el voto antiestablishment y el cansancio con los partidos tradicionales explican parte del fenómeno, en un contexto de inseguridad, desconfianza institucional y crisis económica que ha marcado la campaña.
La irrupción de Kaiser ha generado tensión dentro de la derecha chilena, donde varios sectores temen que la división del voto favorezca el avance de la izquierda. Kast, quien se perfilaba como el heredero natural del electorado conservador, ha perdido casi seis puntos desde septiembre. Por su parte, Evelyn Matthei mantiene una base estable de apoyo moderado, lo que dispersa aún más el bloque. Frente a ello, Kaiser ha optado por intensificar su discurso sobre seguridad, migración y libertad económica, buscando capitalizar el malestar ciudadano con un tono provocador y rupturista.
Este panorama recuerda la estrategia de outsiders populistas que en otros países lograron movilizar sectores desencantados con la política tradicional. Sin embargo, en el caso chileno, el margen para el crecimiento del libertario es limitado: requiere captar votantes de Kast sin alienar a quienes lo ven como demasiado extremo. La posibilidad de que Kaiser llegue a segunda vuelta existe, pero su sostenibilidad depende de mantener el impulso sin polarizar en exceso un electorado fatigado por los enfrentamientos ideológicos.
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— Johannes Kaiser. Diputado por el distrito 10 (@Jou_Kaiser) November 2, 2025
De confirmarse su ascenso, la candidatura de Kaiser podría redefinir los ejes de la segunda vuelta, desplazando el clásico duelo entre izquierda y derecha hacia un choque entre pragmatismo y radicalismo. Pero también existe el riesgo de que la multiplicidad de voces en el campo conservador termine beneficiando a Jara, quien podría consolidar su liderazgo sin necesidad de grandes alianzas. El voto obligatorio previsto para estos comicios podría favorecer la participación de sectores menos ideologizados, inclinando la balanza según los temas coyunturales.
Aunque Kaiser ha conseguido romper la inercia de las encuestas, su camino a La Moneda sigue plagado de obstáculos. Su auge expresa más una reacción emocional del electorado que una adhesión programática consolidada. Con un debate final pendiente y los indecisos aún altos, el desenlace dependerá de quién logre apropiarse del centro y convencer a los votantes desencantados. En este nuevo tablero, la derecha se enfrenta al dilema de competir unida o fragmentarse hasta la derrota.