El teatro porteño vuelve a ser escenario de una historia potente, visceral y profundamente humana. Jet Lag, la nueva obra escrita por Leticia Arbelo, se presenta los sábados a las 22 en el Teatro del Pueblo (Lavalle 3636) y propone un viaje emocional hacia los rincones más oscuros de una familia argentina autoexiliada en Carolina del Norte, Estados Unidos.
Con una puesta en escena dinámica creada por Antonella Schiavoni y un guiño a los millennials criados en los dorados años 90, la obra está inspirada en hechos reales, y narra cómo una familia que busca rehacer su vida lejos del país termina desdibujando su identidad a un ritmo vertiginoso. En ese contexto, Bárbara, la hija mayor, intenta sostener los lazos con sus raíces argentinas mientras protege a su hermana menor y expone, casi sin proponérselo, las violencias que atraviesan las paredes del hogar.
El elenco está integrado por Facundo López, Lucrecia Aguirre, Daniel Niborski, Luciana Piccioni y Romina Seguí, quienes construyen sobre el escenario una tensión constante entre lo que se muestra y lo que se calla. Cada uno de ellos se destaca y brilla en todo momento. El trabajo actoral es dificilísimo y están todos muy a la altura. Jet Lag logra que el espectador se convierta en testigo incómodo de un drama familiar donde el silencio pesa tanto como la palabra.
El título, Jet Lag, funciona como metáfora del desplazamiento interno: ese desfase entre el lugar donde se está y el lugar al que se pertenece. La música es otro de los puntos fuertes de la comedia dramática donde te traspasa a distintos escenarios. La versatilidad de cada uno de los roles también se aplaude y se celebra en el saludo final. Una obra que rompe estructuras y crea climas.