El 5 de noviembre se conmemora en Argentina el Día Nacional de la Aviación Civil, en recuerdo del natalicio de Aarón Félix Martín de Anchorena (1877-1965). Anchorena fue quien, con un globo aerostático llamado “Pampero” importado de Francia, junto al ingeniero Jorge Newbery, concretó el 25 de diciembre de 1907 una ascensión que partió desde Palermo, Buenos Aires, cruzó el Río de la Plata y aterrizó en Conchillas, Uruguay: ese vuelo se considera el inicio de la aviación civil argentina.

La fecha fue institucionalizada mediante el Decreto Nº 13 del 2 de enero de 1991, estableciendo oficialmente el 5 de noviembre como Día Nacional de la Aviación Civil. Desde entonces, la efemérides recuerda tanto a los pioneros del aire como al entramado actual de pilotos, técnicos, controladores, mecánicos, ingenieros y personal aeroportuario que sostienen la actividad.
En esta jornada los medios suelen rescatar la evolución histórica de la aviación civil en el país, desde sus globos aerostáticos fundacionales hasta la era de los jets comerciales, y también los desafíos pendientes: infraestructura, costos operativos, capacitación y modernización tecnológica.

La historia del vuelo civil argentino también tuvo ecos en el cine y la televisión: el documental “Jorge Newbery, el piloto del cielo” recupera la figura del máximo referente local; la serie del canal Encuentro “Historia de la aviación argentina” incluye episodios dedicados al vuelo del Pampero y los inicios de la aeronáutica civil; y el documental “Héroes del aire” (1966) retrata a los primeros aventureros del cielo, desde aeroclubes hasta vuelos récord.
Este 5 de noviembre, la efemérides invita a mirar hacia atrás -a la valentía de los primeros globos- y hacia adelante -a un futuro de cielos más accesibles, seguros y federales-, recordando que la aviación civil no es sólo una industria: también es parte de la identidad tecnológica y cultural del país.