06/11/2025 - Edición Nº1003

Internacionales

Tensión Política

Conflicto en Costa Rica: Chaves desafía al TSE antes de las elecciones claves

06/11/2025 | El presidente se enfrenta al tribunal electoral por las restricciones a la propaganda digital, mientras crece la incertidumbre de cara a los comicios del 1 de febrero.



La campaña electoral de Costa Rica comenzó bajo un clima de alta tensión política. El presidente Rodrigo Chaves, conocido por su estilo confrontativo, ha decidido enfrentarse directamente al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) tras una resolución que prohíbe la difusión de mensajes gubernamentales en redes sociales durante la campaña. La medida busca garantizar la neutralidad institucional, pero el mandatario la considera una censura que limita su comunicación con la ciudadanía. Este choque marca un punto de inflexión en un país históricamente reconocido por la estabilidad y el respeto a las reglas democráticas.

La respuesta del TSE no se hizo esperar. Su presidenta, Eugenia Zamora, acusó a Chaves de poner en riesgo la paz política y socavar la confianza pública en el árbitro electoral. El órgano solicitó al Congreso el levantamiento del fuero presidencial para investigarlo por presunta beligerancia política, un paso sin precedentes recientes. La iniciativa ha provocado un intenso debate institucional y polarizado a la opinión pública entre quienes ven en Chaves una amenaza y quienes creen que enfrenta una élite judicial conservadora.

Mapa de Costa Rica 


Costa Rica, oficialmente República de Costa Rica, es un Estado soberano organizado como una república presidencialista unitaria compuesta por 7 provincias. Ubicado en Centroamérica, posee un territorio con un área total de 51 179 km². 

Tensión institucional

La confrontación entre el Ejecutivo y el TSE llega en un momento en que Costa Rica enfrenta una ola de descontento social y desafección política. La extensión de la veda electoral al ámbito digital tocó un punto sensible para un gobierno que ha hecho de las redes su principal herramienta de comunicación. Analistas advierten que el discurso del presidente, al denunciar un supuesto “golpe judicial”, busca fortalecer su base electoral a costa de las instituciones. La tensión ha escalado a tal punto que varios observadores internacionales ya expresaron preocupación por el deterioro del clima electoral.


El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) constituyó una de las principales innovaciones institucionales de la Constitución Política de 1949.  En una coyuntura histórica en la cual el irrespeto a las urnas desembocó en un conflicto bélico, los constituyentes optaron por diseñar al máximo organismo electoral con garantías para su independencia y profesionalización. 

Escenario electoral incierto

El próximo 1 de febrero, los costarricenses votarán en un contexto de fragmentación política. Chaves no puede presentarse a la reelección, pero impulsa la candidatura de Laura Fernández, su aliada y ministra de Planificación. Aunque el oficialismo mantiene una presencia territorial sólida, los sondeos indican que más del 50% del electorado sigue indeciso, lo que podría forzar una segunda vuelta. Si Fernández no logra superar el umbral del 40% de votos válidos, el chavismo podría perder el control del Ejecutivo pese a su fuerte aparato comunicacional.

El conflicto entre Chaves y el TSE no solo define la campaña: pone a prueba la madurez democrática del país. Costa Rica ha sido un referente de institucionalidad en la región, pero su equilibrio depende de que las partes acepten los límites del poder. Si la retórica presidencial logra erosionar la credibilidad del tribunal, podría abrirse un precedente riesgoso que trascienda el resultado electoral.

Posibles desenlaces

Las probabilidades apuntan a una segunda vuelta con 60-70% de chances, mientras que el avance del proceso de desafuero tiene una viabilidad menor, cercana al 40%, por el costo político que implicaría. Con un electorado volátil y un discurso oficialista centrado en la confrontación, el desenlace dependerá de quién logre capitalizar el hartazgo social sin romper el delicado consenso institucional que define a Costa Rica.