La decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia de anular la sentencia contra Jeanine Áñez representa un punto de inflexión en la historia reciente del país. Después de más de tres años de prisión, la expresidenta interina recuperará su libertad tras demostrarse que el proceso en su contra estuvo plagado de irregularidades. El fallo, que dispone tramitar el caso como un juicio de responsabilidades, reafirma un principio fundamental: ningún líder debe ser juzgado sin las garantías del debido proceso.
Áñez fue condenada en 2022 a diez años de cárcel por “resoluciones contrarias a la Constitución” e “incumplimiento de deberes”, en un juicio que su defensa y organismos internacionales calificaron como político. Desde su detención en 2021, diversos sectores de la oposición, así como la ONU, la OEA y Amnistía Internacional, cuestionaron la forma en que se llevó adelante el caso, denunciando la utilización de la justicia como herramienta de persecución. La reciente resolución del Supremo parece darles la razón.
El tribunal reconoció que durante el juicio se vulneraron garantías constitucionales básicas y que la expresidenta debió ser juzgada por el Congreso, tal como establece la Carta Magna boliviana. Ese detalle, ignorado en su momento por la Fiscalía, fue determinante para la anulación. Además, los magistrados subrayaron que el caso no puede analizarse fuera del contexto político de 2019, cuando la renuncia de Evo Morales y la crisis institucional desembocaron en la sucesión temporal de Áñez.
Su liberación, prevista para esta semana, ha sido celebrada por amplios sectores de la ciudadanía y por líderes regionales que ven en ella una oportunidad para recomponer la confianza en las instituciones democráticas. La figura de Áñez, vilipendiada por el oficialismo y convertida en símbolo de resistencia por la oposición, recupera ahora un valor político que trasciende su propio caso judicial.
Estos casi 5 años privada de libertad me marcaron, pero no quebraron mi convicción.
— Jeanine Añez Chávez (@JeanineAnez) November 4, 2025
Nunca voy a arrepentirme de haber servido a mi patria cuando me necesitó. Lo hice con conciencia y el corazón firme, sabiendo que las decisiones difíciles tienen un precio.
Aprendí que la… pic.twitter.com/on81Y0xBLo
El fallo llega en un momento clave para Bolivia, cuando la polarización amenaza con paralizar la vida institucional. La libertad de Jeanine Áñez debería ser entendida no como una victoria de un bando, sino como una corrección necesariaque puede abrir la puerta al diálogo nacional. La Justicia no debe servir al poder político, sino proteger los derechos de todos los ciudadanos, incluidos quienes alguna vez gobernaron.
Querida Jeanine,
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) November 5, 2025
Los venezolanos celebramos la anulación de la injusta sentencia que te quitó la libertad por 5 largos años, siendo inocente.
Tu ejemplo de resistencia y coraje es reconocido en Bolivia y toda la región. Me emociona que puedas reencontrarte en tu hogar con tu… https://t.co/vpclQA06Ky
A partir de ahora, Bolivia enfrenta el desafío de reconstruir su sistema judicial y garantizar que ningún proceso penal vuelva a ser manipulado por intereses partidarios. La anulación de la condena a Áñez no borra el pasado, pero sienta un precedente esencial: sin justicia independiente no hay democracia posible.