06/11/2025 - Edición Nº1003

Internacionales

Justicia y libertad

Libertad para Jeanine Áñez: ¿un giro en la historia de Bolivia?

05/11/2025 | La anulación de la condena a la expresidenta interina devuelve esperanza a quienes denunciaban persecución política y cuestiona la independencia del sistema judicial bajo el MAS.



La decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia de anular la sentencia contra Jeanine Áñez representa un punto de inflexión en la historia reciente del país. Después de más de tres años de prisión, la expresidenta interina recuperará su libertad tras demostrarse que el proceso en su contra estuvo plagado de irregularidades. El fallo, que dispone tramitar el caso como un juicio de responsabilidades, reafirma un principio fundamental: ningún líder debe ser juzgado sin las garantías del debido proceso.

Áñez fue condenada en 2022 a diez años de cárcel por “resoluciones contrarias a la Constitución” e “incumplimiento de deberes”, en un juicio que su defensa y organismos internacionales calificaron como político. Desde su detención en 2021, diversos sectores de la oposición, así como la ONU, la OEA y Amnistía Internacional, cuestionaron la forma en que se llevó adelante el caso, denunciando la utilización de la justicia como herramienta de persecución. La reciente resolución del Supremo parece darles la razón.

Mapa de Bolivia 


Bolivia, oficialmente Estado Plurinacional de Bolivia, es un país soberano ubicado en la región centro occidental de América del Sur, miembro de la Comunidad Andina, constituido políticamente como un Estado social plurinacional, unitario, descentralizado y con autonomías.

Un proceso marcado por la parcialidad

El tribunal reconoció que durante el juicio se vulneraron garantías constitucionales básicas y que la expresidenta debió ser juzgada por el Congreso, tal como establece la Carta Magna boliviana. Ese detalle, ignorado en su momento por la Fiscalía, fue determinante para la anulación. Además, los magistrados subrayaron que el caso no puede analizarse fuera del contexto político de 2019, cuando la renuncia de Evo Morales y la crisis institucional desembocaron en la sucesión temporal de Áñez.

Su liberación, prevista para esta semana, ha sido celebrada por amplios sectores de la ciudadanía y por líderes regionales que ven en ella una oportunidad para recomponer la confianza en las instituciones democráticas. La figura de Áñez, vilipendiada por el oficialismo y convertida en símbolo de resistencia por la oposición, recupera ahora un valor político que trasciende su propio caso judicial.

Reconciliación nacional y justicia imparcial

El fallo llega en un momento clave para Bolivia, cuando la polarización amenaza con paralizar la vida institucional. La libertad de Jeanine Áñez debería ser entendida no como una victoria de un bando, sino como una corrección necesariaque puede abrir la puerta al diálogo nacional. La Justicia no debe servir al poder político, sino proteger los derechos de todos los ciudadanos, incluidos quienes alguna vez gobernaron.

A partir de ahora, Bolivia enfrenta el desafío de reconstruir su sistema judicial y garantizar que ningún proceso penal vuelva a ser manipulado por intereses partidarios. La anulación de la condena a Áñez no borra el pasado, pero sienta un precedente esencial: sin justicia independiente no hay democracia posible.